La reina de África de John Huston, es una película romántica de aventuras. Dirigida con un ritmo dinámico, es particular y distinta por donde y como se desarrolla la trama, asombrosa y portentosa en su realización, consiguiendo una obra fantástica y soberbia, que gustará a todos los amantes del cine clásico por ser apasionante y arrolladora.
La fotografía en color, es alusiva y sensacional, con gran cantidad de detalles llamativos en su interior, y rica en matices, estimulando al público con imágenes de la naturaleza que maravillan. La música, es competente e inquietante en los momentos oportunos, idónea y alarmante con sonidos intensos y penetrantes, y en ocasiones incluso excesivos. Y los efectos, son discretos, pero muy efectivos para la época.
Las actuaciones, son auténticas, fidedignas y naturales. Con Humphrey Bogart realizando un gran papel fulgente y remarcable por el que ganó el oscar , y Katherine Hepburn con carácter, personalidad propia y cautivadora en su personaje, formando ambos un magnífico tándem. Empleando diálogos espontáneos y naturales, además de ágiles y sutiles, y unos vestuarios y caracterizaciones elegantes y distinguidos en unos momentos, y humildes en otro, siempre acompañando eficazmente la historia.
El guion, es atractivo y apasionante por la historia de aventuras que tiene en su interior, y argumentado de modo entretenido y arrollador para el público, por tener toques alarmantes, belicosos y en resultado espléndidos. Destacando también, unos movimientos de cámara y planos, que dan gran realismo a la acción en una gran labor técnica.
Por lo que, en conclusión, la considero una obra indeleble e inmortal, emocionante y portentosa. Recomendable por su guion, dirección, actuaciones, fotografía y caracterizaciones, que la convierten en una obra única e indispensable en la historia del séptimo arte. Y que será del agrado de todo buen cinéfilo clásico, que le gusten las obras portentosas, impecables y arrolladoras.