Dark City de Alex Proyas, es una película considera de culto y cine negro moderno. Dirigida de forma singular y única, contiene un guión del cual forma parte el mismo director, bien hilado original y provocador, algo rebuscado eso sí, pero con un argumento magnético y penetrante.
La fotografía es oscura y claustrofóbica, pero fantástica y fascinante, trabajada al detalle para hacer sentir al espectador intriga y suspense. La música inquietante, acompaña al ritmo que es rápido, cosa que se agradece, ya que si hubiera sido una cinta más larga, hubiera llegado a perder interés por algún sector del público satisfecho.
Los montajes son sorprendentes y arriesgados, al igual que los vestuarios y caracterizaciones que son evocadores al ser futuristas y estéticamente trabajados. Considerado por muchos un film precursor de cintas del estilo de Matrix, por tener una fotografía oscura y caracterizaciones y montajes similares.
Destacable también unos efectos visuales y de sonidos competentes y acertados, usados solo en determinados momentos para no quemar al espectador, unas actuaciones aceptables aunque sin brillo, y una narrativa enigmática por momentos.
En conclusión, un film recomendable para los que buscan películas oscuras o consideradas de culto, con evocadores vestuarios y una trama original que puede que no le guste a muchos, pero que desde luego no se le puede culpar de no ser arriesgada, provocadora y distinta.