A veces sucede que con el cuento de la locura, se usan todo tipo de licencias de guión, pensando que todo cuela en la historia que se nos cuenta. También se suele frivolizar con los trastornos mentales, para hacerlos más divertidos o darles interés cinematográfico. Y es también corriente que con una buena canción acompañando a un final tierno y conmovedor, que acaricie el corazoncito del espectador, se intente redimir una mediocre película.
Aquí sucede mucho de lo arriba indicado, y aunque la factura y las actuaciones son buenas, la película tiene menos gracia, drama y denuncia de lo que pretende.
De todas formas, cuanto más te creas a las protagonistas, el papel que representan, mejor lo pasarás.
Yo no me las creí casi desde el principio, y me aburrí bastante.