Western menor firmado por un excelente Anthony Mann, con un James Stewart desconocido, solitario y poco sociable, egoísta y egocéntrico, en el papel estelar, rodeado de un puñado se secundarios excelentes, como Walter Brennan al que hemos visto en infinidad de western, John McIntire y Jay C. Flippen.

Guión típico del género, aprovechando que la Ley es muy escasa en los territorios salvajes, como Alaska, en plena efervescencia de la fiebre del oro, Stewart junto con su socio Brennan llevan ganado para venderlo más caro habida cuenta de su escasez. Se cruzan con el Juez (McIntyre) que se lo apropia injustamente. Recuperan su ganado y son perseguidos por el Juez y sus adláteres por esas inmensas extensiones de Alaska, otro protagonista más del film. Como siempre, grandes toques de humor y dosis de disparos a discreción, con la chica ingenua y la que está de vuelta de todo.

Notable película para los amantes del género. Un 7.