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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
6
Comedia. Terror. Ciencia ficción Debido a una nube de polvo espacial, los muertos han vuelto a la vida sembrando el terror en la pequeña ciudad de Willard. Eso ocurrió mucho antes de que la empresa ZomCom inventara un collar para domesticar zombies, transformándolos en sujetos útiles a la sociedad. Hasta Fido, el zombie doméstico de la familia Robinson, se ha convertido en el mejor amigo de Timmy, el pequeño de la casa. (FILMAFFINITY)
4 de octubre de 2009
10 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando acabé la comunión me di cuenta de que Cristo no me molaba: una vez que tomas la Hostia nunca es la Hostia. Me vendieron en catequesis que era el cuerpo de Cristo y yo siempre tenía miedo que tuviese la mala suerte de que me tocase su pene. Había algo oscuro y desagradable en devorar a Cristo en una ceremonia. Convertirnos en zombis sacrílegos por unos instantes.
Yo, expliqué esa teoría a mis compañeras de catequesis, pero se rieron más que el día que les enseñé mi, por aquel entonces, micro-pene-infantil. Ahora estarán preñadas del cuarto niño o en busca desesperada de clientes por aquello de la crisis (en el barrio de donde provengo es difícil no acabar en la droga o prostituyéndose).

Desde que me metieron la Hostia en la boca (no sé lo que me tocó ni qué parte del cuerpo de Cristo lamí, succioné y trague) dejé de ir a misa y empecé a plantearme la posibilidad de pasarme al ‘lado oscuro’. Ya puestos a ser un zombi en una misa prefería ser el que los invocase. Tourneur y “Yo anduve con un zombie” me ayudaron mucho pero realmente lo que consiguió que tuviese verdadera fe en mi objetivo fue encontrar una copia del Necronomicón (edición castellana tradicional) en una biblioteca pública aunque lamentablemente decían que no se podía llevar a casa y tenía que soportar largas colas de satánicos, políticos y a Marujita Díaz que siempre estaba allí.

Cuando lo pude leer entero me enseñó muchas cosas: invocar a un demonio de nivel bajo (son más manejables) y obligarle a hacer cosas que me habían enseñado que estaban… 'prohibidas' como revivir en un cuerpo muerto al espíritu de Cervantes para jugar un partido de voleibol o de Hitler para visionar junto con él “El hundimiento” o “Ellos robaron la picha de Hitler” (en aquel entonces ambas cintas lamentablemente no estaban editadas); pero también para dotar a los muertos de vida: he pensado que algunos muertos (no muy podridos o incinerados) deben conservar parte de su encanto. Pasar una velada inolvidable con Marilyn Monroe, que te haga un psicoanálisis Freud en persona o comentar con Hitchcock cómo rodó aquel plano en las escaleras.

Yo intenté invocar a uno: pero me pidió que sacase un noventa y nueve con un dado de cien (o dos nueves con dos dados de diez porque en esos momentos no tenían stock en tiendas y el maldito demonio lo sabía —llevan comisión en TODAS las tiendas que lo sepáis).
La cosa no funcionó obviamente y lo dejé por imposible.
Los demonios por cutres que sean son muy cabrones.

Pocos años más tarde vi “Nekromantic” y “Cementerio Viviente” que me hizo perder más esa esperanza. Nunca podría revivir a un muerto.
“Mi novia es un zombie” empezó a resurgir esa esperanza y Carrie-Anne Moss y “Fido” me la han vuelto a dar, aunque sé que la cosa, como siempre, va a ser extremadamente previsible: NUNCA FUNCIONARÁ (si lo sabe Stephen KING que es el puto-amo y KING del asunto…). Mientras tanto seguiré disfrutando con la cinta de Andrew Currie.
Maldito Bastardo
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