Drive es una de esas películas que no se olvidan fácilmente. La banda sonora se te incrusta en el cerebro. Las hipnóticas imágenes urbanas de Los Ángeles (nocturnas, diurnas) te ponen los pelos de punta. El ritmo pausado, sosegado, tranquilo, me sorprendió en un principio, que esperaba algo mas en la línea de The Fast and the Furious, pero una vez entras en su juego, la cinta te atrapa y ya no te suelta hasta el aliento final (literalmente).

La película juega con el tempo narrativo tan caprichosamente que hay veces que llega a resultar irritante (Esos silencios, esos primeros planos sostenidos de Ryan Gosling), pero sin duda Nicolas Winding Refn sabe crear tensión, tensar la cuerda hasta hacerla romperse en los momento violentos, escenas que rozan el gore, que no te esperas y que te dejan clavado a la butaca, y momentos que se me hacen casi mágicos, ayudados, insisto, por una hechizante, hipnótica banda sonora. Se a dicho que es una pélicula de accion de arte y ensayo. No puedo esta más de acuerdo. Todo el cine de acción de los ochenta, pasado por el filtro de Jean Pierre Melville (Ese conductór sin nombre, con un código de honor semejante a los samurais) e incluso el cine contemplativo japonés.

El guión no es sino un cúmulo de tópicos, mil veces vistos, casi de serie B, pero es la forma de contarlo lo que da a la película esa aura de lirismo que la hace especial. Ryan Gosling clava el papel de antihéroe a la antigua usanza, hombre de acción pero parco en palabras, palillo en la boca, y una chaqueta que es objeto de culto desde ya. Le falta muy poco para ser una obra maestra, pero sin duda una de las propuestas más sorprendentes del año. Y no quiero dejar de nombrar tres momentos que se me hicieron MAGICOS. (Spoiler)