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España España · Oviedo
Voto de Gould:
7
Drama Narra tres historias con un marcado aire sobrenatural en los que el destino tiene vital importancia. En la primera una mujer no muy agraciada físicamente recibe una máscara que la convierte en una bella dama, en la segunda un hombre recibe un trágico augurio, y en la última un trapecista presiente su propio final. (FILMAFFINITY)
2 de abril de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Duvivier vuelve a realizar, en su corta aventura americana, una película compuesta de varias historias, tratando de repetir el altísimo nivel de “Tales of Manhattan” (Seis Destinos, 1942). Sin embargo, pese al interés de cada una de las tres historias, no consigue alcanzar el extraordinario nivel de la anterior.

Ahora Duvivier nos ofrece tres fábulas con moraleja sobre el destino y el egoísmo. En la primera, una muchacha aparentemente poco atractiva consigue a su amado, valiéndose de una máscara en la noche de carnaval, en una suerte de reflexión sobre la bondad y la belleza con un flojo Robert Cummings y una intensa Betty Field. Mucho más interesante es el segundo episodio, de ambientación sombría y concepción casi onírica, lleno de luces, sombras y contrapicados, en el que Thomas Mitchell y E.G. Robinson repiten con Duvivier, en una especie de capitulo sacado de la mítica serie “The Twilight zone” (1959) y donde Robinson, aun sin llegar al nivel de la anterior, se convierte en lo mejor de toda la película. La tercera historia permite unir a dos gigantes como Charles Boyer y Barbara Stanwyck en una romántica historia de predicciones y sueños premonitorios en el mundo del circo.

En todas las historias el destino juega un papel fundamental. El personaje de E.G. Robinson lucha no por escapar a su destino sino, paradójicamente, por cumplirlo. Boyer, a diferencia de Robinson, trata de enfrentarse a él, mientras que el personaje de Betty Field, en el primer relato, intenta, a toda costa, de enmascararlo sin saber que al destino no se le puede dar esquinazo.

Pese a su irregularidad es una película de gran interés y cuenta, además de con un excelente reparto, con una magnifico plantel técnico, en el que destaca la fotografía del gran Stanley Cortez y la atractiva música de Alexander Tansman. Como complemento de su obra maestra antes citada “Tales of Manhattan”.
Gould
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