Imposible ser objetivo en una película en la que cada detalle es valorado el doble, porque se entiende que sale del impresionante esfuerzo de un grupo de personas, y no de un mega estudio de Hollywood. Pero más allá de esto, la historia es buena, los diálogos, entretenidos, y los personajes -a excepción de los "malos", insoportablemente malos- son excelentes.
Campanella se da el lujo de hacer grandes explosiones, planos imposibles en films de carne y hueso, movimientos de cámara ágiles, y nunca en virtud de una exhibición técnica, sino como modos de mejorar la narración.
Tiene algunos argentinismos y guiños que no sé si en otros lares se entenderán (ver spoiler), y las voces locales componen personajes muy variados e interesantes. Los más divertidos: los 11 rayados del Metegol, y algunas figuras secundarias de la ciudad, que finalmente cobran protagonismo.
La película parece hecha para entretener a grandes y chicos, con toques locales pero con el tono de cualquier producción de Pixar. Y -pese a repetir algunas fórmulas: Space Jam y Toy Story principalmente- todo parece indicar que lo logra.
spoiler:
Sin dudas, la mejor escena se da durante el partido, cuando el ladrón del pueblo le roba una cadenita de oro a un rival, en alusión a la anécdota del Chipi Barijho, que confesó haberlo hecho una vez.