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Voto de Néstor Juez:
7
Comedia. Romance. Fantástico Gran Bretaña, 1977. Un tímido rockero punk adolescente llamado Enn (Alex Sharp) y sus dos amigos se cuelan en una fiesta en donde conocen a un grupo de chicas extrañas y etéreas; al principio piensan que se trata de una secta, pero pronto se dan cuenta de que son en realidad de otro planeta visitando la Tierra para completar un misterioso rito. A pesar de ellos Enn se enamora de la bella Zan (Elle Fanning), una joven y rebelde alienígena. (FILMAFFINITY) [+]
18 de marzo de 2018
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y a las 22:00, tras ver una vez más el hilarante corto español R.I.P., de Caye Casas y Albert Pintó, llegó otra de las perlas más esperadas de la programación: el romance punk How to talk to girls at parties, adaptación de un relato homónimo de Neil Gaiman de la mano del reverenciado John Cameron Mitchell que se estrenó en Cannes. En los barrios humildes del Londres de los años 70, un adolescente y retraído Enn (notable Alex Sharp) adora el punk y acude a conciertos (gestionados por una Reina Boadicea interpretada con garbo por Nicole Kidman) con sus dos mejores amigos, con los que deambula por fiestas nocturnas. En una de estas juergas acaba en una casa habitada por extraños jovenes vestidos de pintorescos colores. Entre estas hermosas muchachas vestidas de látex e integrantes, según ellos, de seis colonias diferentes, se halla una curiosa Zan (una de nueva excelente Elle Fanning). Decidida a ampliar su conocimiento antes de la comida, se escapará con Enn y durante unos días vivirá con él un intenso romance. Una película loca y desenfadada, rebosante de energía, hipercromática y sexual oda al punk aderezada con metafóricas comunidades alienígenas y romances adolescentes de extrañeza y energía. Una sucesión de momentos de delirio y libertad, alegría y búsqueda de amor libre, sin ataduras. Una película tan personal, exótica y amena, así como jugosa en el plano sensorial y estético, que es difícil no dejarse arrastrar por su torbellino. Pero este exceso y catarsis juega por momentos en contra del filme, que atesora muchas escenas que pierden el control de sí mismas. Y el núcleo emocional del filme, el romance de Enn y Zan, no emociona mucho en los momentos de cierre dramático. Con todo, el tercer mejor filme de la Muestra, a una clara distancia del resto.
Néstor Juez
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