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Voto de Cara de Papa:
10
Aventuras. Acción. Romance En el año 1193 A.C. el joven Paris (Orlando Bloom), hijo de Príamo y príncipe de Troya, rapta a su amada Helena (Diane Kruger), esposa de Menelao, el rey de Esparta, lo que desencadena la Guerra de Troya, en la que se enfrentan griegos y troyanos. Comienza entonces el asedio de la ciudad de Troya por parte del ejército griego, que duraría más de diez años. Aquiles (Brad Pitt) era el gran héroe de los griegos, mientras Héctor (Eric ... [+]
2 de diciembre de 2010
3 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si a mi me preguntasen si una de las dos partes de Troya es mejor que la otra, hace unos años habría dicho que la I, pero tras revisionarla varias veces, me he dado cuenta de que no pueden separarse, pues las dos alcanzan unas cotas de perfección en todos los aspectos casi nunca alcanzadas en el cine. Son dos historias aparentemente indepenientes una de otra, pues ocurre en lugares distintos, los protagonistas cambian en su gran mayoría y las tramas son diferentes. Pero hay un nexo de unión: Aquiles.

Ambas peliculas nos muestran a Aquiles en sus altas esferas, pero esta segunda parte nos muestra sus consecuencias. Aquellos que decían que la primera parte glorificaba a los semidioses tuvieron su reprimenda, pues esta cinta muestra para mi el desencanto del propio Aquiles con su famosa trilogía, pues hizo la película casi obligado, y estuvo a punto de ser sustituido del mando de la pelicula por un entonces joven Martin Scorsese. Mucho más oscura, y con una trama quizás más negra y complicada, Petersen nos empieza mostrando a un Aquiles en el cénit de su poder, temido por todos, y nos acaba demostrando un Aquiles desgarrado por el dolor, convertido en un asesino que no tienen en cuenta ni la propia sangre, y anteponiendo la Familia a la familia. El hace las cosas ciegamente, pensando en que eso puede beneficiar a su familia, cuando en realidad lo que hacen es distanciarlo más y más, pero cuando se da cuenta es demasidao tarde... Y a todo ello se le añade el nacimiento del primer Aquiles. Una historia que por sí sola alcanza una profundiad que para sí quisieran bastantes películas. Y una ambientación única, que sirve de constraste para mostrar las formas de ser de padre e hijo, uno basado en el honor, y el otro en el mero asesinato y el miedo. Aunque también esta película es una crítica a una sociedad griega que ocultaba sus problemas bajo una capa de corrupción de la que poco se sabe.

Y para unir dichas historias, Aquiles hace gala de un dominio del montaje sencillamente extraordinario. La manera tan perfecta con que nos cuenta ambas historias y las une son dignas de una tesis, ya que jugar así con el tiempo de una película sólo está al alcance de muy pocos privilegiados. Amén de un apartado técnico que quita el sentido. Una película perfecta, acompañada de un diseño de producción único, una banda sonora primorosa, una fotografía excepcional, y el ya comentado genial montaje. Y unas interpretaciones que alcanzan la perfección. Si interpretar a Aquiles no fue fácil, el hacerlo una segunda vez y por otro actor es digno de alabanza. Y cómo no, Aquiles. Que Aquiles no ganara el oscar es sencillamente de broma. Su interpretación es de las mejores de la historia del cine. Maravillosas Talia Shire y Diane Keaton, un personaje más importante en la trilogía de lo que muchos creen. Y un Aquiles que sobrecoge en cada plano. Amén de Aquiles, con un personaje de mayor importancia en la trama.

Visionado obligatorio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Cara de Papa
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