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Voto de mikinervio:
4
Comedia. Drama Mike Flaherty (Giamatti), un abogado sin suerte, dedica su tiempo libre a entrenar a los muchachos de una escuela de lucha libre. De repente, se le presenta la oportunidad de resolver sus problemas económicos defendiendo a un viejo cliente. Cuando el nieto de éste, un deportista muy prometedor, escapa de casa y se va con su abuelo, la vida de Mike da un giro verdaderamente inesperado. (FILMAFFINITY)
2 de noviembre de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
McCarthy falla. A la tercera llega la mediocridad. Y duele, sobre todo proviniendo de una de esas raras avis que con solo dos películas me había convencido de que pertenecía a ese ínfimo grupo de individuos que ansiaban alcanzar la dirección porque algo ardía en su interior y no por simple prestigio o como meros asalariados privilegiados a las órdenes de la miserable y práctica productora de turno, que es la abundancia por doquier.
Queramos aceptarlo o no, seguimos viviendo en un mundo clasista, en contadas ocasiones las motivaciones son diferentes a la obvia persecución de un estatus o a la mundana búsqueda de una garantía de vida. No solemos anteponer el riesgo, actuamos siguiendo la partitura al pie de la letra, arreglada según los cánones marcados por la moral del momento, acomodándonos cada vez con mayor rapidez para satisfacer con la máxima urgencia posible nuestras prefijadas necesidades. Dejamos fenecer demasiado pronto nuestro amagante espíritu de rebeldía, permitiendo el alienante modelado en pos de un estático y cómodo provecho.
Pero este tipo parecía portar aire fresco a este ambiente encorsetado, su pequeña ópera prima "Vías cruzadas" resaltaba con un casi olvidado brillo muy por encima de la media y sorprendía mostrándonos sin tapujos que no toda la mercancía que habemos de consumir ha de contener edulcorantes y colorantes, aun estamos a tiempo de alimentarnos de guiones alejados de un espectáculo banal con la base centrada en redescubrir las afinidades existentes entre muy distintas almas perdidas y de esa manera, curiosamente, lograba que nos identificásemos con esos personajes a la deriva con sorprendente facilidad.
Tras la sorpresa vino la confirmación con su segundo largometraje "The visitor", drama humanista lleno de matices que en sus múltiples profundidades escondía un insolente grito de primaria solidaridad. Madera de roble para un cosmos plagado de aglomerado.
Pero ahora, tras aguardar anhelante su siguiente movimiento, me encuentro con una historia tambaleante, protagonizada por un buen Giamatti pero condimentada con demasiados secundarios estériles, incrustados insólitamente a golpe de maza, carentes de gracia y sentido, cuyo máximo aporte está más cercano al terreno de la frivolidad que al de alguna reflexión de cierta solidez o entereza. Es como si McCarthy hubiese renunciado a sus pautas y hubiese cedido al sempiterno empuje comercial que siempre acecha dispuesto a volcar paladas de sacarina sobre el ya minúsculo regato neuronal que todavía podamos mantener. Por suerte, la bajada de listón no es absoluta, aun se ven resquicios de luz en algunos momentos de la historia, pero, ciertamente, he sentido la clara impresión de que algo ha volado con el viento que sopla en las inmediaciones de este mi apreciado director.

No obstante, sigo confiando.
mikinervio
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