Especie de curioso Edipo futurista, que en vez de sacarse los ojos, opta por soluciones menos traumáticas y más hedonistas. Aquí la famosa esfinge en vez de lanzar pestes a diestro y siniestro, opta por hacer una asociación y es la que le quita un sentido, que no el de la vista, y como encima era de mentirijillas (el sentido que le quitan, era de trampa, que parece que chincha menos y es menos cruento que andar por ahí arrancándose los ojos). Una triste historia de un amor imposible.