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España España · Granada
Voto de Kikivall:
8
Drama. Comedia Australia, años 50. Tilly Dunnage (Kate Winslet), una glamurosa modista, regresa a su casa en el turbio pueblo de Dungatar tras muchos años trabajando en exclusivas casas de moda de París, con el objetivo de cerrar heridas del pasado y vengarse de quienes la forzaron a marcharse años atrás. Allí, no sólo se reconciliará con Molly (Judy Davis), su enferma y excéntrica madre, y se enamorará inesperadamente de Teddy (Liam Hemsworth), sino ... [+]
26 de diciembre de 2017
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Hacía tiempo que no salía de una sala de cine con la extraña sensación de haber visionado una obra a medias loca y la otra parte interesante. La modista es una película muy original en su temática, en sus personajes e incluso en su desarrollo y desenlace final.

La directora australiana Jocelyn Moorhouse regresa tras casi veinte años de sequía, haciendo un trabajo arrollador y sin freno con esta película, a la que sabe dotar de ritmo narrativo y un interés, fruto de su hibridación de géneros y de su sencilla trama cuyo objetivo último, preciso y puntual es la venganza.

El guión de la misma Moorhouse resulta de la adaptación de la novela con la que debutó la dramaturga y novelista Rosalie Ham en el terreno de la novela, The Dressmaker, 2000. El libreto está muy bien escrito, dibuja estupendamente a los personajes, tiene diálogos interesantes y posee un atractivo innegable que hace que te intereses por la película a los pocos minutos de comenzar la proyección.

Excelente música que hace recordar la sonoridad del western, de David Hirschfelder, con juegos de sonido. Magnífica y refulgente fotografía de Donald McAlpine, con grandes angulares que deforman los rostros, con digresiones, contrastes de colores y diseño gráfico.

El reparto está compuesto por un grupo de actores carismáticos escogidos entre lo más granado del cine australiano emigrado a Hollywood. Destacan una excelente Kate Winslet que despliega su fuerza y su saber interpretando a la modista Tilly Dunnage, que es el vértice principal y el soporte de este relato atrabiliario. La ya anciana Judy Davis hace un enorme papel como sufrida madre de la protagonista, una mujer infligida tanto por la separación de su hija, como por su entorno que ha puesto su empeño en coronarla como “la loca del pueblo”. El tercer mejor entre los actores es para mí Hugo Weavingel, interpretación muy divertida y alocada del entrañable sargento Farrat, un policía que se traviste en secreto. Y Liam Hermsworth cumple y pone el físico y su rostro que atrae a la cámara, lo cual no es poco.

La película, al comienzo, con la llegada de una Tilly elegante y retadora al desolado y polvoriento pueblo, con una música singular y otros detalles que podréis ver, parece uno de esos western almerienses. Es un pueblo de gente rara, a veces con tintes surrealistas en su composición.

La película da constantes virajes y pasa por registros muy diferentes: el drama familiar, la sátira, el melodrama romántico, cuarto y mitad de comedia sórdida con algo de noir, y toques delirantes en una trama que en ocasiones parece que desvaría. La impresión que da, y este es uno de sus atractivos, es que no se adivina a donde pretende ir, cómo va a ser el arreglo de las cuentas con el pasado o por dónde saldrá la soterrada hipocresía en torno a un antiguo accidente infantil oculto por el pueblo en su conjunto. Entonces, yo al menos, lo que hice fue disponerme a disfrutar del film diciéndome: che sará, sará.

Yo creo que el amante al cine ha de estar abierto a nuevos productos, opciones no vistas antes, obras asombrosas y con aires nuevos, por más que rocen la vesania. Algunos se fijarán más en el glamour del film, otros en su encanto, en sus fallas, en su elegancia, en su maldad… ¡qué más da! Al ser una película tan peculiar, lo que aseguro es que al buen aficionado no lo dejará indiferente.
Kikivall
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