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España España · Granada
Voto de Kikivall:
7
Drama Cuando un joven de origen puertorriqueño es acuchillado hasta la muerte en un barrio hispano, tres chicos de una banda italo-americana son acusados del crimen. Hank Bell, el ayudante del fiscal del distrito, un hombre con ambiciones políticas, los envía a prisión. Pero, conforme avanza la investigación del caso, se da cuenta de que la trama es mucho más compleja de lo que parece. Adaptación de la novela de Evan Hunter "A Matter of Conviction". (FILMAFFINITY) [+]
22 de febrero de 2016
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película es una de las menos conocidas de John Frankenheimer, y de las que he visto, es según mi parecer una de las mejores. Bien es cierto que fue un fracaso de taquilla en su momento. Si fracasó no fue tampoco y sin duda por causa de la dirección de Frankenheimer, director que no solía defraudar; tampoco por un sobresaliente guión de Edward Anhalt y J.P. Miller basado en la novela homónima de Evan Hunter. La hipótesis más plausible es la de que en los años sesenta, la dureza de la temática tratada incomodara al espectador americano.Esta temática sigue estando candente en el país que supuestamente lidera el mundo, y ha sido tratado en numerosas ocasiones en el cine.

En la película, tres adolescentes de ascendencia italiana (italo-norteamericanos llamados “espaguetis”) matan a sangre fría con navajas a un joven portorriqueño ciego, por colaborar con su banda de hispanos. Enseguida, el fiscal del distrito se encarga del caso, y pide la pena de muerte para los tres adolescentes.Pero la fiscal se adentrará en el complejo y peligroso mundo de las bandas callejeras, donde se hará cargo de los prejuicios racistas, y de cómo muchas veces las cosas no son lo que parecen.

Como decía, la dirección de John Frankenheimer es auténticamente buena, con innovaciones visuales y tomas de cámara revolucionarias para la época. Le secunda el gran guión de los ya mencionados Anhalt y Miller, basándose en un novelista que ha sido llevado en numerosas ocasiones a la pantalla: Evan Hunter.

El reparto es genial, sobre todo por un Burt Lancaster prodigioso, que es y será uno de los más grandes actores del cine de siempre jamás. Tras Lancaster yo pondría como figura preeminente en el plano actoral a la mítica Shelley Winters, una actriz con todas las letras que da vida a la antigua novia de Lancaster, una mujer centrada en salvar a su hijo de la pena capital y que hace un papel dramático, pero a la vez medido y brillante; y al lado un siempre eficiente Telly Savalas que interpreta a un policía socarrón, irónico y escéptico.

La película que trato aquí seguiría siendo incómoda incluso hoy día, pues toca en toda su complejidad el controvertido asunto de la culpabilidad y la inocencia, y la natural inclinación violenta de los humanos, algo a lo que me refería hace poco al comentar el film argentino Relatos salvajes de 2014, que hasta utiliza de también el término “salvaje” en el título. Y la segunda cuestión que meramente apunto a modo de final y elemento de reflexión de cómo el arte se concatena y unas obras derivan de otras, es el dato de que a los pocos meses, siete meses concretamente, del estreno de este film se estrenó también la antológica West Side Story, que igualmente trata como es sabido, una historia de bandas enfrentadas. Y con relación a esta película yo diría que si pueden, no se la pierdan.
Kikivall
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