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Voto de Sansho:
8
6,9
28.251
Ciencia ficción. Fantástico. Cine negro
John Murdoch se despierta solo en un extraño hotel y comprueba que ha perdido la memoria y es perseguido como el autor de una serie de sádicos y brutales asesinatos. Mientras intenta juntar las piezas que componen el puzzle de su pasado, descubre un submundo habitado por unos seres conocidos como "los ocultos" que tienen la habilidad de adormecer a las personas y alterar a la ciudad y a sus habitantes. (FILMAFFINITY)
7 de agosto de 2010
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si hay algo que no se puede negar a Alex Proyas y a Dark City es inventiva visual: el aspecto estético de la película es fascinantemente atractivo, con una mezcla de cyberpunk decadente, serie negra americana de los 40 y expresionismo alemán de los años 20 que consigue introducir al espectador en un universo propio con inquietantes toques surrealistas y un diseño visual opresivo, insólito y muy particular.
A este subyugante look visual se añade una historia que reflexiona sobre la apariencia y la realidad, la manipulación y la libertad, la mente y la materia como otras películas de la última década del siglo XX (Desafío Total, El Cortador de Césped, Días Extraños, Johnny Mnemonic, Virtuosity, Nivel 13, Matrix, EXistenZ), aunque, en este caso, dando predominancia al aspecto "conspirativo" y "paranoico" de lo que consideramos "realidad", algo que muchos han visto como un precedente claro de la película de los hermanos Wachowski (de hecho, Neo es prácticamente un remedo hacker del "iluminado" John Murdock y "Los Extraños" parecen una inspiración clara del agente Smith y sus compinches).
Cercana por momentos al delirio psicótico, Dark City flojea en su precipitado y excesivamente grandilocuente desenlace y en un montaje sincopado que subordina el desarrollo de las escenas a un ritmo videoclipero, impidiendo una mejor comprensión y reflexión sobre las situaciones expuestas y unos diálogos menos funcionales, pero aún así es una de las propuestas de la ciencia ficción "con mensaje" más interesantes y poco conocidas de los últimos años.
A este subyugante look visual se añade una historia que reflexiona sobre la apariencia y la realidad, la manipulación y la libertad, la mente y la materia como otras películas de la última década del siglo XX (Desafío Total, El Cortador de Césped, Días Extraños, Johnny Mnemonic, Virtuosity, Nivel 13, Matrix, EXistenZ), aunque, en este caso, dando predominancia al aspecto "conspirativo" y "paranoico" de lo que consideramos "realidad", algo que muchos han visto como un precedente claro de la película de los hermanos Wachowski (de hecho, Neo es prácticamente un remedo hacker del "iluminado" John Murdock y "Los Extraños" parecen una inspiración clara del agente Smith y sus compinches).
Cercana por momentos al delirio psicótico, Dark City flojea en su precipitado y excesivamente grandilocuente desenlace y en un montaje sincopado que subordina el desarrollo de las escenas a un ritmo videoclipero, impidiendo una mejor comprensión y reflexión sobre las situaciones expuestas y unos diálogos menos funcionales, pero aún así es una de las propuestas de la ciencia ficción "con mensaje" más interesantes y poco conocidas de los últimos años.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
En Dark City la estructura del thriller (falso culpable que debe de intentar demostrar su inocencia mientras descubre secretos de su pasado y desvela aspectos ocultos de la realidad) se combina con la ciencia ficción "para adultos" (una raza alienígena que controla cadáveres humanos para poder subsistir crea una ciudad artificial en permanente oscuridad para realizar experimentos mediante la manipulación de la mente y la memoria de sus habitantes terrícolas) y con retazo filosóficos existencialistas (la capacidad de nuestros recuerdos para modelar nuestro comportamiento, la dificultad para discernir la realidad de su mera simulación, la búsqueda de nuestra esencia interior frente a las modificaciones de nuestro carácter que puedan causar nuestras vivencias y nuestra relación con el entorno en el que vivimos).
El guión sabe mantener la intriga y la expectación sobre las "reglas internas" de un delirante universo en el que no existe la luz diurna, las personas caen dormidas todas (menos dos) a una hora determinada, los edificios y construcciones modifican sus formas por arte de magia (mental), los recuerdos se implantan con una especie de jeringuillas especiales y unos Nosferatus clandestinos se dan garbeos por las calles cuando todo el mundo (menos dos personas) duerme. Especial relevancia dramática (y visual) tienen las escenas de "sintonización" colectiva de "Los Extraños" como rito "mágico-mental" de manipulación del tiempo y el espacio: un auténtico sueño esotérico hecho imágenes de la manera más espectacular e impresionante que uno pueda imaginar.
Lástima que al tener que proporcionar en el tercio final de la película una conclusión lógica a todo lo expuesto el film acabe tirando visualmente por una especie de "escenografía manga" con apocalípticos combates mentales telepáticos y grandes movimientos telúricos que parecen sacados de Akira y que no casan muy bien con el resto del film y no se desarrolle suficientemente a nivel argumental las motivaciones de los personajes y algunos elementos definitorios (¿por qué John Murdock es "el elegido" y explota al máximo sus "poderes mentales" en un momento determinado? ¿simplemente porque sí? ¿por qué "Los Extraños" necesitan descubrir el "alma" humana mediante la manipulación de recuerdos? ¿simplemente porque se están muriendo? ¿por qué esa oscuridad perpetua y esos cambios de edificios? ¿simplemente porque la gente tiene que dormirse a la misma hora y no acordarse de su pasado?).
Tampoco hubiera venido mal a la película un tratamiento algo más desarrollado de los personajes secundarios (William Hurt y Jennifer Connelly parecen lamentablemente desaprovechados) y una interpretación de Kieffer Sutherland algo más contenida, pero a pesar de todo ello, y de un presupuesto que no permitió excesivos lujos (incentivando, eso sí, el ingenio), Dark City demuestra una capacidad imaginativa, subyugante y desconcertante como sólo lo hacen las grandes películas de ciencia ficción.
El guión sabe mantener la intriga y la expectación sobre las "reglas internas" de un delirante universo en el que no existe la luz diurna, las personas caen dormidas todas (menos dos) a una hora determinada, los edificios y construcciones modifican sus formas por arte de magia (mental), los recuerdos se implantan con una especie de jeringuillas especiales y unos Nosferatus clandestinos se dan garbeos por las calles cuando todo el mundo (menos dos personas) duerme. Especial relevancia dramática (y visual) tienen las escenas de "sintonización" colectiva de "Los Extraños" como rito "mágico-mental" de manipulación del tiempo y el espacio: un auténtico sueño esotérico hecho imágenes de la manera más espectacular e impresionante que uno pueda imaginar.
Lástima que al tener que proporcionar en el tercio final de la película una conclusión lógica a todo lo expuesto el film acabe tirando visualmente por una especie de "escenografía manga" con apocalípticos combates mentales telepáticos y grandes movimientos telúricos que parecen sacados de Akira y que no casan muy bien con el resto del film y no se desarrolle suficientemente a nivel argumental las motivaciones de los personajes y algunos elementos definitorios (¿por qué John Murdock es "el elegido" y explota al máximo sus "poderes mentales" en un momento determinado? ¿simplemente porque sí? ¿por qué "Los Extraños" necesitan descubrir el "alma" humana mediante la manipulación de recuerdos? ¿simplemente porque se están muriendo? ¿por qué esa oscuridad perpetua y esos cambios de edificios? ¿simplemente porque la gente tiene que dormirse a la misma hora y no acordarse de su pasado?).
Tampoco hubiera venido mal a la película un tratamiento algo más desarrollado de los personajes secundarios (William Hurt y Jennifer Connelly parecen lamentablemente desaprovechados) y una interpretación de Kieffer Sutherland algo más contenida, pero a pesar de todo ello, y de un presupuesto que no permitió excesivos lujos (incentivando, eso sí, el ingenio), Dark City demuestra una capacidad imaginativa, subyugante y desconcertante como sólo lo hacen las grandes películas de ciencia ficción.