Así es como funciona y discurre esta gran película de ese maravilloso director que fue Vincente Minelli. Los flash-backs son casi el eje exclusivo del film, están perfectamente estructurados y hacen que la historia no decaiga ni un segundo.

Conseguiré todo lo que me proponga en la industria del cine, sin importarme lo más mínimo el sufrimiento ajeno y utilizando todas las artimañas necesarias. Esa era la premisa vital del señor Shields, interpretado con fuerza y credibilidad por Kirk Douglas. Y vaya si lo consigue, pero a costa de perder prácticamente todo lo demás.....o no, ya que al final podría haber una puerta abierta a la esperanza.

Excelente reparto, soberbia dirección, magnífico guión, notable fotografía, y una ambientación de quitar el hipo, en definitiva, un cóctel que deja al desnudo lo más íntimo de Hollywood.....¿podemos pedir algo más?.

Recomendable de todas todas para los amantes del cine clásico más genuino.