Comedia realmente entretenida, que cumple lo que promete: un gángster, Paul Vitti, al que ciertos problemas psicológicos (ansiedad, pánico, stress, etc), le impiden ejercer con la eficacia habitual su "trabajo"; para solucionar esto, "contratará" a un psiquiatra, Ben Sobel, quien las pasa canutas para compaginar las peculiaridades de su nuevo "cliente" con sus planes de boda.
Este planteamiento nos lleva a una trama sencilla, en la que se suceden situaciones más o menos hilarantes, generadas por la particular forma de contratación obligatoria a la que recurrió el mafioso para requerir los consejos del psicoanalista.
La química entre Robert de Niro y Billy Crystal saca adelante la película, que evoluciona adecuadamente. También los secundarios están acertados: Lisa Kudrow, como Laura, la prometida del doctor, Chazz Palminteri, en el rol de Primo, el enemigo de Vitti, y, sobre todo, ese impagable Joe Viterelli, en el que sería su último papel en el cine, haciendo de Jelly, una especie de ángel de la guarda tan fiel como tontorrón.
En definitiva, entretenimiento eficiente, honesto y cumplidor.