Tenía muchas ganas de verla, el corto "Padre e hija" de Dudok de Wit me atrapó cuando lo vi y saber que tenía detrás a Takahata con el estudio Ghibli hicieron dispararse mis expectativas.

Con un dibujo sencillo, unos fondos mínimos y sin diálogos vamos descubriendo la historia, a pesar de no ser redonda y de tener momentos de cierta crudeza nos regala escenas repletas de magia y ternura.

No se sí no he acabado de entrar en la película porque no he entendido bien que es lo que me quería contar o transmitir, o Dudok de Wit no ha logrado hacerlo, me ha dado la sensación que al estar acostumbrado a realizar cortos disponer de 80 minutos le ha hecho dispersarse y su mensaje pierde fuerza. Aún así es una buena película de animación, a destacar las escenas familiares, en especial las que protagoniza el niño pequeño, escenas similares a las que pudimos disfrutar en "la princesa Kaguya" de Takahata.