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Voto de El Extranjero :
7
Voto de El Extranjero :
7
5,7
4.809
Drama. Acción
Bethany Hamilton, una joven y famosa surfista australiana, ha vivido desde niña dentro del agua, sin separarse del mar, de su tabla y de su mejor amiga Alana. Un día, un tiburón le arrebata un brazo, pero Bethany es una joven muy fuerte y lo que pudo ser un terrible drama se convirtió en una historia de superación, ya que desde entonces el único objetivo de Bethany fue prepararse cuanto antes para volver a practicar el surf. (FILMAFFINITY) [+]
21 de agosto de 2017
21 de agosto de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
De entrada puede parecer difícil que alguien que piense que todo pasa por una razón ("Quizá no lo comprendas en un principio, pero más adelante sabrás por qué tenía que ser así") encuentre por donde poder agarrar una película que se centra en un hecho tan duro y dramático. Es mi caso. Por lo que por una parte me pregunto qué terrible mal habrá infligido esta chica que se nos presenta como una persona amable y feliz, para cosechar un castigo tan terrible. Ante la imposibilidad de hallar respuesta para esto, dirijo mi interrogativa a la otra parte de la ecuación, justo a aquella que nos parece querer dirigir la película, y es que tal y como la desolada Brittany se pregunta, todo parece apuntar a que de veras ese es el plan que la vida tenía reservada para ella, con vistas a una superación sin precedentes, extraordinaria hasta lo infinito, para llegar a algo así como una victoria definitiva y absoluta, sin la mínima posibilidad de ser cuestionada u objetada. La línea de meta se antoja apetecible, grandiosa y superlativa, un mito, una leyenda, adorable. Pero el precio a pagar lo encuentro excesivo, llegando a lo cruel. En esta película se aprecia un buen ejemplo de como el mayor grado de crueldad que puede ser aplicado por la gente, es muchas veces involuntario. La reacción natural de la gente que hay alrededor al percatarse de una discapacidad, a mi juicio, es el golpe más duro para el que la tiene. Y es inevitable por ambas partes, para el ajeno mantener intacto el semblante y la mirada (aunque se disimule aún así se nota, en las primeras tomas de contacto aunque el interlocutor sin la discapacidad contemple con aparente normalidad al discapacitado, el discapacitado sabe que este está reparando en ella en ese preciso momento y me da la sensación de que debe de ser algo muy incómodo) y para el afectado no acomplejarse. ¿Cómo es posible que atravesar esta situación todos los días sea lo más adecuado para Dios o para la Vida que nos guía, o forme parte del destino de alguien? ¿Cómo eso puede llegar a ser bueno en algún sentido? No me lo puedo explicar.
El padre, Dennis Quaid (un magnífico actor que en esta cinta a pesar de lo dramático de la situación nos regala su sonrisa pícara, exactamente la misma la que la brindaba a la gran Ellen Barkin en 'Querido detective' allá por el 1987) es el primero que parece percatarse de ello. Nada más despertarse la hija, en medio del desconcierto de los demás familiares y de la propia Brittany que escucha al médico, llora desconsoladamente, el más consciente de todos de lo que le espera a su hija. Sorprende que esta se muestre afligida en apenas un par de momentos por su desgracia; -yo pasé la película entera con los ojos humedecidos (¿seré yo el único estúpido e inmaduro que lo encuentra tan drástico y para tanto?)- y algunos de los comentarios de su familia, claro está que hechos sin mala intención pero que aún así capaces de ofender, como las repetitivas sugerencias de si no debería de surfear o de una inquisitiva acerca de por qué tarda tanto en traer el desayuno.
Me alegra volver a ver a Helen Hunt en primera fila de un reparto. ¡Qué mujer más atractiva!
El padre, Dennis Quaid (un magnífico actor que en esta cinta a pesar de lo dramático de la situación nos regala su sonrisa pícara, exactamente la misma la que la brindaba a la gran Ellen Barkin en 'Querido detective' allá por el 1987) es el primero que parece percatarse de ello. Nada más despertarse la hija, en medio del desconcierto de los demás familiares y de la propia Brittany que escucha al médico, llora desconsoladamente, el más consciente de todos de lo que le espera a su hija. Sorprende que esta se muestre afligida en apenas un par de momentos por su desgracia; -yo pasé la película entera con los ojos humedecidos (¿seré yo el único estúpido e inmaduro que lo encuentra tan drástico y para tanto?)- y algunos de los comentarios de su familia, claro está que hechos sin mala intención pero que aún así capaces de ofender, como las repetitivas sugerencias de si no debería de surfear o de una inquisitiva acerca de por qué tarda tanto en traer el desayuno.
Me alegra volver a ver a Helen Hunt en primera fila de un reparto. ¡Qué mujer más atractiva!