Haz click aquí para copiar la URL
Voto de El Extranjero :
6
Drama Jim Morrison, cabeza visible de The Doors, para muchos fue un regalo de Dios; para otros, un vástago del Diablo. Vivió al límite, en una anárquica carrera autodestructiva salpicada de escándalos y arrebatos de ira y de pasión que lo hundieron en un abismo de sexo, alcohol y drogas. (FILMAFFINITY)
28 de marzo de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para esgrimir un veredicto acerca de la obra primero hay que hacerlo con la impresión que a uno le causa el artista sobre el que se basa y no resulta fácil pues Jim Morrison es la esencia pura de esa incómoda contradicción que reside en todos los puntos de vista y en la naturaleza de cada persona y que en él parece estar aumentada exponencialmente. Simpatizo con su sarcasmo, con sus réplicas ácidas y con su carácter crítico, que se manifiesta con desdén hacia la corrección política como instrumento que doma a la sociedad. Pero llega un momento en el que me pierdo en el delirio (o quizás sea ese el precio de ser un visionario, que no es posible resistir mucho tiempo sin perder la cabeza), y tengo la impresión de que en verdad no es más que una especie de juguete roto que quiere serlo, impulso alimentado por una infancia de carencias emocionales. Stone no se deja nada en el tintero e incluye detalles que comportan simpatía por la conducta del susodicho, así como otros apuntan a trivial caso de joven turbulento con los consiguientes problemas de adicciones. En realidad es más bien lo segundo, como el propio Morrison (memorable caracterización de Kilmer) señala en un momento del filme, 'el público acude a ver mi muerte en el escenario'. Él acepta el trato y da lo que sus seguidores esperan, resultando el lisérgico (aquí se entremezcla lo que está ocurriendo en la realidad con las alucinaciones de Morrison, Stone parece sentir predilección por las hogueras, chamanes y reptiles para ambientar dichos trances, 'Asesinos natos' y 'U-Turn' son pruebas) espectáculo (más que conciertos se podrían denominar sesiones de culto lideradas por un gurú, la actitud de ambas partes, artista y fans, coinciden con los roles de gurú y acólitos que le muestran apoyo y devoción ciega haga lo que haga) tan atractivo para muchos porque produce la malsana satisfacción que ocasionalmente, a unos más que a otros, demanda el instinto de la pulsión de muerte que forma parte de nuestra naturaleza.

Hay algunas escenas divertidas (cuando Pam le reprocha que se haya drogado cuando tenían visita porque pactaron hacerlo a la vez después, y otra que tienen en una escena de cama; a el no se le empalma, se ponen a discutir, el bebe y se acaban tirando cosas a lo bestia, empujándose y terminan follando apasionadamente y otras emocionalmente potentes, (el ritual sexual con la sangre y la cocaína que mantiene con una atractiva periodista morena, escena filmada con fervor y de manera excitante) estando el alcohol y la droga presentes prácticamente en todo momento. En otra escena, uno de los integrantes de la banda le dice a Jim que ellos usan la droga para que les abra la mente, no para estar colgado a todas horas, cosa que me pareció curiosa porque es como si estuviera abogando por la posibilidad de un consumo responsable. Por mi parte, respecto a la inspiración extraño que te pueda dar un colocón, aumentando los niveles sensitivos, yo digo que si cierto tipo de vertiente artística solo se puede entender y disfrutar bajo el influjo de sustancias, no me parece muy buena. Por ejemplo a mi la música de este tipo no me dice nada, la letra en efecto solo puede adquirir algún sentido solo si vas perjudicado y además ciertas actitudes dan muestras de que nuestro protagonista es tan sólo un incendiario rebelde e inmaduro al que le gusta llamar la atención en sus delirios y que ejerce de manipulador cuando se le antoja (cuando vemos cómo chantajea a su novia con su suicidio). Supone un espectáculo divertido ver cómo se comporta una persona anárquica, autodestructiva, a la que parece que le da igual todo y que no tiene límites, pero en realidad cobra relevancia la posibilidad de que sea alguien que esté sufriendo, por los soterrados brotes de desazón y tristeza que se advierten en sus crípticas canciones, así como por las ocasiones en las que se alude a su incapacidad para originar situaciones de armonía en su entorno (fruto con toda seguridad de traumas pasados), lo cual lo lleva a ver la vida, de expresarse y de evadirse de ese modo.
El Extranjero
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow