Película para la que hay que estar preparado. No es un filme para ver en cualquier momento. Se trata de un hiperrealismo en la pantalla. Un hiperrealismo que trata, no de ahondar, sino de reseñar o sacar a la luz un problema que es actual y que por desgracia vive mucha gente, y que para otros no es más que un apartado más de los noticiarios, consecuencia de las malas gestiones políticas.

Bajo el planteamiento de varias historias que se conectan unas con otras a través de los personajes, esta cinta entremezcla muy bien la intriga que generan varias historias en el espectador (esquema típico en las series televisivas) y la magnitud y campo amplio que abarca el problema que se narra en el filme. Quizá se le puede criticar de sentimental al querer apelar a los sentimientos del espectador, pero no se me ocurre mejor manera de tratar un tema tan delicado como este.

Como apunte culminante, las grandes interpretaciones de Luis Tósar y una fantástica Penélope Cruz aumentan el impacto emocional del mensaje que transmite Juan Diego Botto en su estreno como director -obteniendo un notable bastante alto-.