Buena película de Alan Parker sobre un tema tan complejo y sensible como el racismo a través de un drama policíaco de gran nivel. Su mayor fallo, por desgracia, debilita toda la película: le falta personalidad. La intensa personalidad de Alan Parker.

La sensación que me deja es que el director renuncia en parte a su estilo para crear una obra más estándar, con menos impronta creativa y mucho más contenida. La historia y el mensaje son tan buenos, que podría haber hecho una obra maestra. La podría haber hecho, estoy segura. Se ven destellos de genialidad en muchas de sus escenas. A destacar el principio de la película, a modo de prólogo (que para nada rompe la intriga...) El hormigueo en el estómago es constante y el desenlace sensacional. Inmejorable.

Con todo, «Arde Mississippi» es una película digna de ver y de apreciar. Por ejemplo, por los dos personajes principales, arquetípicos y únicos al mismo tiempo, antagónicos y amigos aún a su pesar. He leído en algunas críticas que Gene Hackman está sobreactuado (¡!) ¿Cuándo? ¿Dónde? Quizá, lo que unos llaman «sobreactuación», otros lo llamamos, simplemente, darle vida a un personaje. Observad su primera entrada en la barbería. ¿Se puede hacer mejor? Difícilmente.

Una dirección impecable, un guión muy sólido, diálogos perfectos, banda sonora enraizada en la trama y una historia que, como mínimo, debe hacernos reflexionar. Y no sólo por el tema racial, sino también por la visión que plantea respecto a la ley, la justicia y los Derechos Humanos. Queda para el recuerdo el sermón que se escucha como voz en off en uno de los entierros. De piel de gallina.

Por supuesto: bastante recomendable.