Ni se lo parece, ni creo que lo pretenda. La acción es más que unos actores y el encanto, el carisma de aquellos disparos, aquellas sonrisas, aquella sangre y aquellas tramas es algo irrecuperable.

Sólo hay que echar un vistazo, por favor, a esas secuencias de pelea de nuestros chicos mercenarios. De verdad que en la gran mayoría no me estaba enterando de quién hacía qué, de cómo lo hacía ni de qué forma acababa uno en el suelo y el otro por los aires. Lo mismo de siempre: lo nuevo devorando a lo viejo, y ya no importa que pelees o no pelees bien, ni que tus puñetazos sean creíbles y la acción clara y directa. Ahora sólo importan las apariencias, así que nos ponen mil cosas que explotan, cámara esquizofrénica y golpes que no se ven, luego no sé por qué tengo que aplaudirles.

Para mi, es este su principal fallo, porque eso del argumento, en fin, hay muy buenas pelis de acción que también tienen unas historias que no son brillantes, pero cumplen de maravilla con el resto de condimentos, así que el resultado es eficaz. En «Mercenarios», ocurre algo parecido, pero al fallar en el resto, es como si todo se desinflase. Me gusta la historia de la chica en peligro y el golpe de estado, aunque también es verdad que muchas otras situaciones no sé a qué vienen, como la trama con la novia de Jason Statham, alias «chico L’Oréal».

Puntos muy negativos, el aspecto monstruoso de algunos actores. Lo de Mickey Rourke es una cosa que da pena y grima al mismo tiempo. Sylvester Stallone, en menor medida, tampoco tienen muy buenas pintas. Y eso, ¿por qué? Por la puñetera cirugía estética, uno de los peores sucesos del mundo del espectáculo. Nada tengo en contra de la cirugía terapéutica, que hace auténticas maravillas en casos verdaderamente dramáticos, pero eso de recurrir al bisturí por el capricho de la vejez ha hecho un daño incontestable y, lo que es peor, imparable. Ahora los rostros se deforman y lo que es natural, se convierte en artificial. Lo bello se hace feo y, de paso, se pierde hasta la dignidad. Deprimente.

Y añado por último que sí, «Mercenarios» es otra película de hombres para hombres, así que sólo puedo replicar una cosa: ¿tan cutres sois los hombres? ¿Ese es vuestro sentido del humor? ¿Esa es la chulería que os gusta, la simpleza de vuestras miras, vuestra educación? Estos mercenarios no es que me caigan mal, pero tampoco enamoran. Estos no son mis héroes.

Desaprovechada y desaprovechable.