¿Quién no ha jugado a «Sonic» alguna vez en su vida? Quiero saberlo.

A mí lo que más me raya es que puedas pifiarla tanto cuando ya tienes todo hecho, no hace falta devanarse los sesos si te dan el planteamiento, los escenarios, los personajes y la trama. Ya está. No pienses: pon a Sonic en su propio mundo lleno de animalitos preciosos que tiene que rescatar del malvado Robotnik y usa esos paisajes maravillosos selváticos, espaciales, acuáticos (¡qué mal lo pasaba cuando Sonic estaba a punto de ahogarse!).

Pues no, nada. Realmente, tampoco es que piensen mucho para hacer algo nuevo, sino que apartan la obra original y hacen un copia y pega de lo que hemos visto mil veces: personaje de fantasía que llega a los Estados Unidos (por algo es el mejor país del mundo) y un estadounidense random le ayuda. No es una mala estructura si la haces bien, pero es que no puede ser que siempre sea lo mismo, todas las películas iguales, cuando además tienes otras opciones, en este caso respetar el videojuego de Sonic tal cual lo conocemos. El propio Sonic es un niño americano, quiere las mismas cosas que un chaval de Texas, estoy segura.

En fin, dicho esto, lo bueno que tiene «Sonic» es que consigue ser una verdadera película para niños, creo que los más pequeños la disfrutarán, y eso es un punto a favor a pesar de lo decepcionante que resulta en general.