Tal parece que en estos días me he dedicado a ver solo adaptaciones de libros. Empezamos con esta «Otra vuelta de tuerca», basada en la magnífica novela de Henry James. Sorprendentemente, creo que respeta bastante la idea central del libro en lo referente a lo ambiguo y los niños provocadores, pero la versión toma varias malas decisiones por el camino.

Para empezar, el casting de los menores es un desastre. No sabemos muy bien qué se pretende transmitir con ellos, el guion creo que no lo tiene claro, pero desde luego estos niños te dejan fría, no conquistan ni te conmueven, lo cual es importante para entender las motivaciones de la protagonista. Las insinuaciones de Miles no van a ninguna parte, tampoco encajan con ese personaje y ese actor.

A pesar del casting, vemos que la historia plantea unos comportamientos extraños de los niños que van creando el misterio junto con las visiones y sensaciones de la protagonista. Todo podía haberse resuelto con corrección si no fuese por ese final estrambótico, alucinado y cobarde, me atrevería a decir, en el que la historia no sabe cómo terminar. Incapaz de decidirse por una interpretación de los hechos, pues te las mezcla todas de un modo obtuso y confuso.

¿Sueños? ¿Locura? ¿Fantasmas? ¿Fantasmas y locura? Hay que tener en cuenta la información objetiva que te muestra la película y que el espectador ve aunque el guion luego se olvide: quieren ser tan ambiguos y sorprendentes, que simplemente hacen una tontería que te deja con cara de tonto.

Leed el libro y ya está.