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España España · Barcelona
Voto de gery:
8
Comedia Extenuado por el frenético ritmo de la cadena de montaje, un obrero metalúrgico acaba perdiendo la razón. Después de recuperarse en un hospital, sale y es encarcelado por participar en una manifestación en la que se encontraba por casualidad. En la cárcel, también sin pretenderlo, ayuda a controlar un motín, gracias a lo cual queda en libertad. Una vez fuera, reemprende la lucha por la supervivencia en compañía de una joven huérfana a ... [+]
25 de enero de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vida no debería mirarse como un crudo camino en que pensar sólo en lo correcto o en ir viviendo de las apariencias fuesen los objetivos principales. La vida debería mirarse como una obra de teatro que no permitiera ensayos… Por eso, deberíamos cantar, reír, bailar, llorar y vivir intensamente cada momento de nuestra vida… antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos. Al menos ese era el mensaje que quería dar a entender Charles Chaplin con sus largometrajes.

¿Y qué decir de este genio británico que no se haya dicho ya?

Con unos aproximados ciento veinte minutos de proyección, el cineasta era capaz de contagiar positivismo al más infeliz de todos; ya sea por las facetas faciales que llevaba a cabo sumadas a la originalidad y soltura con la que se movía, o por la felicidad con la que respondía ante los sucesos más desagradables. En una de sus mejores películas, Tiempos modernos -junto a El gran dictador, Luces de la ciudad y La quimera de oro-, consiguió todo lo que se esperaba de él: Ofrecerle una sonrisa al espectador. Ejerciendo el film como director, guionista, compositor y personaje principal, Chaplin resolvió un puzzle de infortunios que precisamente en este 2013 están de moda –desalojos, falta de trabajo-, y lo solucionó con una interpretación que mostraba a un protagonista sin agobios ante las desgracias, con una frase que destapaba una actitud de la que muchos deberían tomar ejemplo: Aprendiendo como si fueras a vivir toda la vida y viviendo como si fueras a morir mañana.

En Tiempos modernos, utilizó su característico toque minucioso y mimado para reproducir la hora y media de duración. Empleando la historia de un obrero metalúrgico que pierde la razón a causa del ritmo frenético de una cadena de montaje, y que posteriormente pasará por un hospital, una cárcel y, para ser rematado, sufrirá un desalojo. A todo esto, Chaplin usó un humor visual exquisito añadido a un perfecto montaje –planos, composición, transcurso de escenas- que girará en torno a él y a cualquier movimiento corporal que haga, en especial la mítica escena en que el cómico queda como un monigote con forma de plastilina al estar atrapado en la cadena de montaje; a muchas películas actuales les gustaría conseguir ese efecto que logró el astro inglés en los años 30.

En definitiva, Chaplin logró en su día y logrará en la actualidad que cualquier espectador que se disponga a ver una de sus películas quede invadido por un aroma de bienestar y confort y que dicho espectador también se vea capaz de mostrarle una sonrisa a sus respectivos problemas.
Como él decía: Un día sin una sonrisa es un día perdido.
gery
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