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Voto de Bhavya:
9
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Drama
Eloy es un adolescente de diecinueve años que trabaja junto a sus padres. Su trabajo consiste en repartir lápidas y figuras ornamentales en las sepulturas que atiende el negocio familiar en el cementerio de la ciudad. Al morir su padre, Eloy ve acelerar el tiempo que lo llevará a madurar en un mundo hostil y ajeno. En el camino conoce a Beatriz, una joven andaluza, que mediante el aprendizaje de ciertas prácticas sexuales le permitirá ... [+]
20 de julio de 2009
15 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Eloy (Leandro Stivelman) y Elvira (Antonella Costa) se conocen por azares del destino (por cierto que la manera de conocerse es de las más originales que he visto en mi vida).
Pertenecen a dos mundos diferentes, ella es del mundo de Eros (amor/creación), Eloy del mundo de Tánatos (muerte/destrucción).
Eros y Tánatos se unen en un punto: El orgasmo. Que es un momento de máxima creación donde sin embargo uno desaparece, muere unos segundos, vuela hacia otros lugares.
Pertenecen a dos mundos diferentes, ella es del mundo de Eros (amor/creación), Eloy del mundo de Tánatos (muerte/destrucción).
Eros y Tánatos se unen en un punto: El orgasmo. Que es un momento de máxima creación donde sin embargo uno desaparece, muere unos segundos, vuela hacia otros lugares.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Cuando el padre destruye las cartas de su amada o cuando Eloy y Elvira se despiden deseándose lo mejor, volvemos a ver ese punto de amor/destrucción: Amores auténticos pero, por la temporalidad de la existencia humana, condenados a morir.
Si todo lo que se ama desaparece, mejor aceptemos su temporalidad y vivamos el presente con toda la pasión que podamos, sin exigirle nada a la vida, simplemente fluyamos sin apegos.
Si todo lo que se ama desaparece, mejor aceptemos su temporalidad y vivamos el presente con toda la pasión que podamos, sin exigirle nada a la vida, simplemente fluyamos sin apegos.