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España España · Tromaville
Voto de Erizio:
8
Fantástico. Animación. Aventuras En otro mundo, en otro tiempo, en la era de la maravilla, hace mil años el Cristal Oscuro se quebró. El caos y la confusión se extendieron por todo el planeta Thra. Así empezó la profecía y aparecieron dos nuevas razas: los crueles skekses y los apacibles místicos. Si nadie repara el cristal, los skekses dominarán Thra hasta el fin de los tiempos. Será Jen, el último superviviente de los Gelfings, quien intente restaurar el cristal y ... [+]
13 de octubre de 2007
20 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vivimos en una sociedad que se sostiene sobre unos pilares enormes de competitividad. Ya no es sólo en el trabajo, por intentar ser el que más dinero gane, el que tenga a su servicio a más personas y que pueda mirar por encima del hombro a más. También están los detalles como las notas del colegio, que fomentan una competitividad que no es muy sana en ocasiones, para ver quién es el más listo y tal y cual. Esa imposición moral de monogamia/monoandria, también fomenta la competitividad. Y así, hay infinitos detalles que nos convierten en unos buitres carroñeros y con una infinita tentación de conseguir el poder. Y sin embargo, al salir de cualquier entorno de esos que destruyen lazos, podemos ser individuos la mar de parsimoniosos, con una capacidad introspectiva tremenda, con un gran compañerismo, etcétera. La cosa es que por nosotros mismos no sabemos controlar esos cambios de personalidad, y nos acabamos moviendo por extremos, generando más odios que simpatías. Sin embargo, de cuando en cuando aparece algún ser inocente que no ha sido aún poseído por la sociedad en nuestra vida que tiene ese tornillo que nos falta, completa el mecanismo y conseguimos entonces mezclar esas personalidades nuestras para llegar a un punto medio de equilibrio entre la parsimoniosa introspección y la activa competitividad. Llegar hasta este punto es un camino plagado de obstáculos y es muy sacrificado para aquella persona que tenga la pieza que te falta, pero al final se suele conseguir, pues aún creemos en los finales felices.

Y Jim Henson nos cuenta esta realidad en forma de cuento, consiguiendo una de las mejores películas para zagales que se han hecho, que no trata a nadie por estúpido, que consigue sacar al niño de dentro del adulto, y que destila magia por los cuatro costados. Los diseños de las marionetas, por supuesto, son grandiosos, y la música cumple con creces.

Vamos, que es una peli totalmente recomendable PARA TODOS LOS PÚBLICOS. No para niños, ni bebés ni cosas así, sino para todos, como la Coca-Cola.
Erizio
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