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España España · Honor al Sabadell!
Voto de Grandine:
2
Comedia Sonny Koufax es un abogado treintañero al que nunca le ha gustado asumir las responsabilidades de su condición de adulto. Sin embargo, a medida que sus antiguos compañeros se van casando, Sonny se da cuenta de que si no hace algo pronto podría quedarse solo para el resto de su vida. Después de que su última novia le abandone por su inmadurez, decide hacer algo drástico que cambie su vida: adoptar a Julian, un niño de 5 años. (FILMAFFINITY) [+]
22 de noviembre de 2008
20 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para que, ante la barbarie de ver como un adulto permite al niño al que está criando mear donde se le antoje, jugar a las cartas con sus colegas de birras o usarle para intentar beneficiarse a una mujer, y luego observemos como susodicho adulto es juzgado por otras livianas actuaciones, y no por su despreciable actitud entorno a la educación de un chaval, hay que tenerlos gordos, como el tal Dugan. De hierro forjado.

Me sigue viniendo a la cabeza el tema de siempre, y nunca me canso de repetirlo. Ya no se trata de si, empleando unos mecanismos cercanos a la comedia prehistórica, rancia y rácana se intenta sonsacar la sonrisa del personal, ya no se trata de si su vomitiva moralina intenta que nos demos por satisfechos ante un producto tan repulsivo como los de esta calaña, se trata, más bien, de poner sobre la mesa unos ases tan pobres, y dar un ejemplo tan nulo, despreciable y repudiable como el de "Un papá genial", que más que un papá, parece un descerebrado irresponsable en potencia. Bueno, parece no, lo es.

Si a ello sumamos que todo está perpetrado por los de siempre, y que aparecen los típicos secundarios (Schneider, of course) cuya carrera no se alza más allá de salas repletas de preadolescentes con acné riéndoles las mamarrachadas, nos quedamos con una propuesta sumamente bochornosa, no porque su estilete, el señor Adam Sandler, no tenga ni repajolera idea de como llevar ningún personaje a la pantalla con un poco de gracia, sin mover un maldito músculo, sino por el mero hecho de que los personajes no son más que un pelele a cargo de las gracietas de siempre. Gracietas sin gracia, recursos sin vida.

Es así como películas como esta, nacen desde un buen principio muertas, puesto que aquí no interesa un mínimo desarrollo en las acciones de los protagónicos, o una pequeña reflexión entorno a sus actuaciones, aquí sólo importa recaudar, y para recaudar, es mejor no aburrir al espectador, darle cuantiosas dosis de humor podrido y desaliñado, y esperar a que la carcajada padre inunde la sala (o salón), para que la próxima vez, la pasta salga de la cartera con más facilidad. Y hasta la próxima, oye...
Grandine
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