He de reconocer que la película empieza como una comedia divertida, donde un in-experimentado adolescente se queda atrapado en un ascensor con una chica a la que no ve el rostro; en parte por la cantidad de cajas que lleva encima, que hacen que tape su misteriosa cara y en parte por el repentino parón del ascensor. Es en ese momento cuando la vida de Matthew cambia drásticamente para divagar sin rumbo fijo.

Parece ser que aquella noche, además de perder su virginidad con una desconocida en la oscuridad de un montacargas; (historia difícil de creer), también perdió su propio orgullo como persona. A partir de entonces, es cuando el bueno de Matthew deja de ser un simpático joven para convertirse en un calzonazos altruista, que mientras ayuda a sus vecinitas, autoflagela constantemente su conciencia remarcando lo culpables que son todos los hombres y lo santas que son las 100 chicas del edifico de enfrente. Tampoco es que el compañero de habitación que tiene ayude mucho; ya que James DeBello continúa en el papel de colega fumado desde "Cero en Conducta"; aún le podemos ver con el gorro de lana calado hasta las cejas... ¡que fiera!, ¿para que vamos a hacer algo distinto si esto gusta al público?.

La película cae en los mismos tópicos de siempre. Una vez mas la guerra de sexos está innecesariamente servida. La disculpa es una historia materializada en las "experiencias" de un adolescente sin mucha experiencia con las mujeres. Guiado solo por los tópicos impuestos por la sociedad, vemos su lento discurrir hacia un final bastante patético.

Si la historia hubiese tomado un camino mas neutral, la comedia hubiera resultado mas vistosa y entretenida. Sin embargo, su director quiere remarcar lo malo que son unos y lo buenas que son otras, sin entrar en una crítica constructiva que explique las diferencias naturales y psicológicas que existen entre ambos sexos. Al fin de al cabo, tanto hombres como mujeres son diferentes pero necesarios a la vez. Si la naturaleza creó dos especies diferentes es para que estemos condenados a entendernos.