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España España · Sevilla
Voto de Jason:
1
Comedia. Ciencia ficción A la Tierra llega una nave espacial, dejando abandonado a un ser extraterrestre. Éste se encuentra con un niño con el que entabla amistad. Parodia de la película "E.T., el extraterrestre", de Steven Spielberg.
2 de mayo de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El E.T.E y el Oto" es una película que atenta contra la inteligencia del espectador.

La verdad es que hay que ser muy friki o estar muy emporrado para poder reírse con esta bazofia, y ya no digamos darle 10 estrellitas. Y es que en pleno siglo XXI, aún hay gente en este espacio de críticas, que piensa que la “genialidad” debe ser administrada en forma de bazofia, y aunque veas que te dan bazofia tienes tragar con gusto porque sino no sabes apreciar el “arte”… en fin, que cada cual deglutine la mierda a su gusto, si puede.

Pero situémonos. Son los años 80. Apenas había pasado un año del estreno de "E.T. el extraterrestre" cuando Manuel Esteba acababa de ver la cinta de Spielberg en el video BETA. Había quedado en estado de shock con el muñequito ese que sólo sabía decir dos palabras seguidas: (mi casa… mi teléfono…), así que pensó en algo grandioso. Se dijo: <<si Spielberg puede, ¿por qué yo no?>>, por lo que fue trazando en su cabeza su E.T.E. (Oto) particular. Sabía que no llegaría a ganar el Oscar como Spielberg, aunque en su imaginación se veía rodeado de flashes con el público rendido a sus pies alabando su obra maestra.

De la imaginación al hecho hay un trecho y lo que salió fue lo más parecido a las películas de los bizarros superhéroes turcos, que sólo de verlos te sangran los ojos. El mérito hay que dárselo sin duda al dúo Calatrava que en aquella cinta estaba en su salsa. Y es que confundieron la gracia con hacer el gilipollas, pero daba igual: <<mientras haya dinerito cualquier chorrada se puede grabar>>. Así debieron de pensar el tándem Esteba-Calatrava, ya que el más flacucho se enfundó un disfraz ajustado con mallas plateadas y un pasamontañas dejando la cara a la vista. ¡Si señor, con un par!.

Aprovechando el chalé de veraneo del director o de alguno de los miembros del rodaje, y decorado con algunos escenarios de cartón piedra de todo a 100, la película fue filmándose a la sombra esperpéntica del bizarrísmo más barato. Los Calatrava y el director debieron de pensar: <<¡Qué éxito!. ¡Nos vamos a coronar!.>>. Sin embargo la realidad fue otra. Con el paso del tiempo la película se convertiría en la producción más escatológica y casposa que ha parido el cine español, en dura pugna eso sí, con Campamento Flippy, aunque no superada por poco. Y es que como el buen vino, las películas más casposas van mejorando A PEOR con el paso del tiempo.
Jason
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