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España España · Zaragoza
Voto de el chulucu:
8
Romance. Comedia Tras la muerte de su esposa, el arquitecto Sam Baldwin (Tom Hanks) se encuentra muy abatido. Su hijo Jonah, convencido de que su padre necesita una mujer que le devuelva la alegría de vivir, el día de Navidad llama a un programa de radio para contar su historia. Miles de mujeres lo escuchan: una de ellas, Annie Reed (Meg Ryan), que está a punto de contraer matrimonio empieza a obsesionarse con la idea de conocer a Sam antes de casarse con su novio. (FILMAFFINITY) [+]
26 de diciembre de 2013
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo recuerdo muy bien. A finales de los 60 desaparecieron los buenos guionistas y el cine se transformó en vehículo de lucimiento para violentos, degenerados y adictos al sexo. Sólo Spielberg y Lucas nos hacían soñar, no tener pesadillas. La comedia romántica en aquellos dos duros decenios (70-80) no solo no existía sino que gran parte de la sociedad se burlaba de ella. Y yo sufría. Entonces llegó "Algo para recordar" y me llevé un alegrón. Recogía el testigo de las estupendas comedias de Rock Hudson y Doris Day ( si bien es cierto que este pequeño cuento de Navidad con un guión demasiado almibarado y con mucho menos humor) pero lo recogía. Y fui feliz. Luego todos se apuntaron al carro. Sí, sí, pero... no habían protestado y sufrido como yo por el patético cine que nos estaban endilgando.
Se empezaron a hacer comedias románticas a paladas y algunas mantuvieron el tipo (incluso Hanks y Ryan repitieron en la correcta y digna "Tienes un e-mail"), hasta que llegó el nefasto, remilgado y blando de Hugh Grant y todo se fue al garete. Le siguieron los oportunistas Ewan McGregor, Matthew McConaughey, George Clooney y demás ralea, y las nefandas féminas Cameron Diaz, Jennifer Aniston y la estreñida Renée Zellweger que se encargaron de inyectar su buena dosis de feminismo al género echándolo a perder definitivamente.
Nada se acercó ni de lejos a "Algo para recordar". Entre otras cosas porque fotografía, música e historia están perfectamente ensambladas; los cambios de ritmo en las escenas de Ryan y Hanks no chirrían nunca; las interpretaciones de la pareja protagonista son muy buenas (especialmente Hanks) y la relación padre-hijo es sencillamente preciosa. Además Nora Ephron tuvo la suerte de dar con un chiquillo (Ross Malinger) que, además de gran actor, resultó ser absolutamente verosímil y adorable.
el chulucu
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