Freaks. El cartero siempre llama dos veces. Muerte entre las flores. Profundo carmesí. Shutter Island. Alguien voló sobre el nido del cuco. Sin City. El corazón del ángel. Cine negro. Cine turbio. Cine fantástico. Lunar. Los asesinos de la luna.
Tú sabes que todo es mentira, lo que no conoces es cómo esta urdida, en eso se resume reside todo. El truco final. El prestigio, en el que la inmensa mayoría de la gente prefiere creer/desechar la urdimbre para quedarse, lo uno por lo otro, las gallinas que entran por las que salen, con la magia y así nos va, hasta los topes y los cielos de cutres tahúres de Torrelodones, sinvergüenzas y miserables, tocomochos, de estampita timos a troche y moche, mentiras, corrupción, víctimas, emosido engañados, pobre gente, los cuatro felices.
La película tiene el buen detalle, se le agradece, de mostrarte el truco y su mecanismo, hasta te hace partícipe de él y te da pistas más que suficientes, felaces, para que incluso te adelantes claramente, alumno no tan aventajado, perro de aguas bien amaestrado que huele, a lo que va a suceder, qué más quieres. El espectador es el verdadero mago en este coso, lo disfruta, adormece, acaricia, arrulla, acurruca, miniatura, la nana y el nene.
Nunca digas nunca jamás ni de este agua no beberé ni este padre no es también un hijoputa.
Es Freud cruzado con Ocho monos o Matrix y Jung y Humprey Bogart. La barraca de feria que es el inconsciente colectivo (todos somos básicos y repetitivos, previsibles y aburridos, los mismos e iguales anhelos, deseos, fracasos y tormentos, intercambiables, anodinos, vulgares, prescindibles, numerables y desechables, deducibles e interpretables como simples robotitos, animes sin fuste o lerdos animalillos, criaturitas, benditos, dignos de conmiseración y risa, sin valor ninguno, polvo, tierra) de uno mismo, claro, todo está mezclado y monstruoso, Frankenstein, dinamo, mecano, Enoch, Argento Darío, las babas de Mario Bava, El engendro/espinazo del diablo, y, cabrones, viva México.
Es una peli muy cuidada y bien hecha, hermosa, armoniosa, jotera profiláctica, al vacío envasada, tal vez un poco fría y estirada o hierática congelada, en formol conservada, claramente gozosa, suave como el durazno y la mermelada de fresa, te aterciopela, triste cebolla.
Sórdida bella o la suciedad sublimada, gótica siniestra Rabbit Jessica.
Tubos de ensayo, probetas, donde la papilla primera toma forma, el trasfondo, Dark City, Canciones de amor en Lolita's isla Club, el líquido elemento original, la sustancia babosa originaria, Slugs, muerte viscosa, de eso habla esta obra relamida recauchutada, del origen o latido primero, de la ciénaga, de la bacteria y el doctor bacterio, del plancton y la lepra, de la culpa o maldición pecado del hombre que se materializa o traumatiza en su cerebelo raquídeo plañidero bulbo bulboso deseo y de la falsedad de todas las cosas falsas enfermizas apariencias y del miedo ansia vida de volverse por fin de nuevo un puto putón engendro verbenero, un artista del hambre y la pena mierda, un cómico de la legua, viaje a ninguna parte contratante, un retrato del ser, de perdición camino, de lo que hay detrás de la civilización o el vestuario, en porretas, naked, cuando nadie me ve, cuando cae el velo, En realidad, nunca estuviste aquí, tras/en la trastienda, en las afueras o márgenes gérmenes, la tramoya, entre bambalinas, a pelo, ni al pedo, de lo que somos al fin y al cabo, fenómenos de circo, qué miedo remedio, romanticismo racionalmente hecho o dilucidado con escuadra y cartabón, a puro huevo, con mucho detenimiento y comedimiento, arte sano.
La información es poder, los ricos son tarados y gilipollas, los pobres adorables pero, por favor, lo más lejos posible, apestan, y el resto o mientras tanto o los del medio de los chichos son nadie ejército mediante estiercol.
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