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Voto de Ferdydurke:
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Aventuras
El Duque Urbis, alias "El Halcón", ha secuestrado a la mujer y al hijo de Dardo (Burt Lancaster). Este noble ejerce, en nombre del emperador, una auténtica tiranía sobre los habitantes de los pueblos de Lombardía. Para vengarse de él, Dardo secuestra a su sobrina. (FILMAFFINITY)
5 de junio de 2020
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
(Spoiler, me temo)
Ángela la pelirroja o El oso amoroso.
Qué guion, Waldo Salt. Qué exhibición de talento, qué formidable escritura, cuánta densidad y hermosura, cuánta inteligencia y donosura. Debería ser expuesto en un museo. Qué maravilla, cuánto gozo. Es tan fabuloso y exquisito, tan rico y generoso, que corres el peligro de perderte en él, o de no estar a su altura, o de querer quedarte a vivir siempre allí; cada palabra, frase o diálogo demuestran lucidez, profundidad, juego, cultura, alusión, galanura. Me quito el sombrero, aplaudo rendido, entregado, asombrado. Yo lo celebro.
Burt Lancaster es el antihéroe, el más malvado, lo tiene todo, nada le falta, cualquier vicio le sobra, es en verdad siniestro, veamos: machista, individualista, egoísta, infiel, insolidario, mal padre que se va de parranda y deja al hijo abandonado, horrible marido que a la pobre mujer le daba una vida tan penosa, absurda y cutre que la pobre tuvo que huir con otro hombre, más capaz y rico, mal ciudadano que pasa olímpicamente de los problemas de su gente, mujeriego que a todas las mujeres se beneficia, fornica, y engaña malamente. Y además un cobarde, abominable secuestrador, y un asesino, de animales, antiecologista. Menudo verraco. Vaya pieza.
La película, en su transcurso fluido, narra su leve transformación, cada vez mayor, en un ser mejor, menos necio y más generoso.
Sorprende, asombra este espectáculo circense medieval lleno de maravillas e ingenios que tras su fachada pueril y superficial, esa trama de risa, esos personajes aparentemente tan planos, ese esquema argumentativo tan tedioso y previsible, late una historia terrible, salvaje, hasta sórdida, donde un esposo ultrajado, un pobre hombre públicamente corneado por una mujer que se va con su enemigo, de clase, de honra, de todo, la traidora, se escapa de la espantosa realidad, de la degradación y la vergüenza, de la desolación y la parodia, soñando aventuras imposibles en las que es un héroe revolucionario que mientras libera un pueblo tiene a todas las hembras a su vera rogando, por sus carnes, por su arco y por su flecha. El Quijote con nariz de payaso o "Mulholland Drive" cincuenta años antes.
Y, ya puestos, también cuenta el ascenso social de este montañero tosco y montaraz que acaba poco menos que empatando con la sagrada nobleza, con una majestuosa marquesa (la Mayo en todo lo alto) de rancio abolengo, larga cabellera rubia y una sexualidad nada inhibida, es decir, marqués será también él, como nuestro amado del Bosque, ese de luz ser, tal vez.
Y la rebelión de un pueblo lombardo sometido por el imperio romano germánico de Federico Barbarroja.
Los cómicos son finalmente los verdaderos revolucionarios, su máscara siempre es necesaria, la luz volatinera que arrambla con el mal.
Ángela la pelirroja o El oso amoroso.
Qué guion, Waldo Salt. Qué exhibición de talento, qué formidable escritura, cuánta densidad y hermosura, cuánta inteligencia y donosura. Debería ser expuesto en un museo. Qué maravilla, cuánto gozo. Es tan fabuloso y exquisito, tan rico y generoso, que corres el peligro de perderte en él, o de no estar a su altura, o de querer quedarte a vivir siempre allí; cada palabra, frase o diálogo demuestran lucidez, profundidad, juego, cultura, alusión, galanura. Me quito el sombrero, aplaudo rendido, entregado, asombrado. Yo lo celebro.
Burt Lancaster es el antihéroe, el más malvado, lo tiene todo, nada le falta, cualquier vicio le sobra, es en verdad siniestro, veamos: machista, individualista, egoísta, infiel, insolidario, mal padre que se va de parranda y deja al hijo abandonado, horrible marido que a la pobre mujer le daba una vida tan penosa, absurda y cutre que la pobre tuvo que huir con otro hombre, más capaz y rico, mal ciudadano que pasa olímpicamente de los problemas de su gente, mujeriego que a todas las mujeres se beneficia, fornica, y engaña malamente. Y además un cobarde, abominable secuestrador, y un asesino, de animales, antiecologista. Menudo verraco. Vaya pieza.
La película, en su transcurso fluido, narra su leve transformación, cada vez mayor, en un ser mejor, menos necio y más generoso.
Sorprende, asombra este espectáculo circense medieval lleno de maravillas e ingenios que tras su fachada pueril y superficial, esa trama de risa, esos personajes aparentemente tan planos, ese esquema argumentativo tan tedioso y previsible, late una historia terrible, salvaje, hasta sórdida, donde un esposo ultrajado, un pobre hombre públicamente corneado por una mujer que se va con su enemigo, de clase, de honra, de todo, la traidora, se escapa de la espantosa realidad, de la degradación y la vergüenza, de la desolación y la parodia, soñando aventuras imposibles en las que es un héroe revolucionario que mientras libera un pueblo tiene a todas las hembras a su vera rogando, por sus carnes, por su arco y por su flecha. El Quijote con nariz de payaso o "Mulholland Drive" cincuenta años antes.
Y, ya puestos, también cuenta el ascenso social de este montañero tosco y montaraz que acaba poco menos que empatando con la sagrada nobleza, con una majestuosa marquesa (la Mayo en todo lo alto) de rancio abolengo, larga cabellera rubia y una sexualidad nada inhibida, es decir, marqués será también él, como nuestro amado del Bosque, ese de luz ser, tal vez.
Y la rebelión de un pueblo lombardo sometido por el imperio romano germánico de Federico Barbarroja.
Los cómicos son finalmente los verdaderos revolucionarios, su máscara siempre es necesaria, la luz volatinera que arrambla con el mal.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
- Las fabulosas escenas de Virginia, tan divina, en las que trata de engatusar, camelar ladinamente como femenina sierpe, a todo hombre viviente que encuentra a su paso para escapar de su cadena infamante que la ata pecaminosamente al odiado amor. Qué besos. Qué miradas. Cuánta lujuria contenida, cuánto fuego encapsulado.
- Las piruetas de Burt y su amigo Cravat.
- Los escarceos carnales de Burt Lancaster, que tiene una oferta en cada esquina, en cada quicio y resquicio.
- Todas las conversaciones llenas de referencias a mitos y dioses antiguos.
- Cuando había peleas de hombre a hombre. Ese momento en la historia de la humanidad, tan hermoso, que aunque no existió es el mejor de todos, el que más se echa de menos.
- Anarquismo versus comunismo.
- Y Tourneur, que no me olvido, tampoco está mal, ese francés abismal, tan suave, dulce y genial, tan capaz de transformar todo en una melodía de infinita seducción y alquímica belleza. Hurra.
Lo dejo que me cebo.
Gracias, cine. Gracias, vida.
- Las piruetas de Burt y su amigo Cravat.
- Los escarceos carnales de Burt Lancaster, que tiene una oferta en cada esquina, en cada quicio y resquicio.
- Todas las conversaciones llenas de referencias a mitos y dioses antiguos.
- Cuando había peleas de hombre a hombre. Ese momento en la historia de la humanidad, tan hermoso, que aunque no existió es el mejor de todos, el que más se echa de menos.
- Anarquismo versus comunismo.
- Y Tourneur, que no me olvido, tampoco está mal, ese francés abismal, tan suave, dulce y genial, tan capaz de transformar todo en una melodía de infinita seducción y alquímica belleza. Hurra.
Lo dejo que me cebo.
Gracias, cine. Gracias, vida.