Preciosa historia de amor interracial, intergeneracional, intersexual e inter de milán, radio intereconomía mediante, entre un maduro erudito, profesor conspicuo, sin par entre los de su clan, de vastísimo conocimiento y enorme elegancia, y una alumna de infinita ignorancia, desaliñada, poco glamurosa, asoma el pelo de la dehesa.
Más dos zagales, hombre rico, hombre pobre, que también pretenden a la susodicha, aunque el pimpollo rubio algo más disimule.
Se nos cuenta el fascinante camino, la inmersión arrobada, chapuzón inopinado, de la chavala en el océano pluscuamperfecto, cueva llena de oro, de la inmarcesible cultura francesa, que lleva de la nada a la gloría o de cómo el francés de bien redime a la francesa pendenciera a través de los sagrados libros que todos conocemos y hemos leído con tanto detenimiento.
Emociona su originalidad y eriza el vello su riesgo.
Me recordó vagamente a "Intocable" (obra maestra incontestable), también a la de la Bullock con aquel gordo negro tan bueno al que acogía en su seno maternal irrefrenable.
En el país vecino se ve que están muy preocupaos por los nacidos de inmigrantes musulmanes que parece que les dan algunos problemas de algún calado los muy majetes que no acaban de apreciar como deberían la suerte que tienen de vivir en el primer mundo, origen de tanta belleza. Por eso se empeñan en hacerles de los suyos, educarles en la grandeza, con muchas buenas palabras y quintales de cariño, ya sabemos que la buena letra con el cine mejor entra.
Van por la mejor senda, transitando el paraíso. Bravo por ellos. Viva Francia.