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Voto de Ferdydurke:
10
7,7
7.857
Cine negro. Intriga. Drama
Frank Jessup es un enfermero de urgencias que acude a una mansión para atender a la señora Tremayne que, según parece, ha intentado suicidarse. Sin embargo él sospecha que en realidad alguien ha intentado asesinarla. Allí conoce también a Diane, la hijastra de la señora Tremayne, una joven delicada, sensual y un tanto inestable, ante la que cae rendido inmediatamente. (FILMAFFINITY)
23 de enero de 2024
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sabe a plátano, naranja y algo más.
Tremenda. Perfecta. Asombra.
Mecanismo de relojería. Es difícil hablar de ella porque en sus términos es absoluta, es imposible hincarle el diente o el colmillo retorcido tampoco, ni el más sibarita siquiera porque aúna suma los dos extremos, una simpleza completa en lo que plantea y en lo que logra, en los personajes, sus motivaciones y resultados, y, a la vez, está llena de ambigüedad, turbiedad y exacerbada indeterminación de todo tipo, moral, psicológica, poética o brutal sutil delicada salvaje en cualquier caso siempre.
Es sencilla simpática casi y muy bestia gore, más de lo mismo, suave y bárbara. Arte y fanatismo. Golpe a golpe, verso a verso.
Todos tienen sus razones y están muy bien explicadas y no hay salida ninguna, moscas y mierda, abejas y panal. Arañas y mantis religiosas. Gusanos, larvas. En fin, humanos. Malditos.
Casa encantada. Los otros sí que son estos. Los muertos. Cementerio indio debajo seguro. Ve hacia la luz. Despierta. Abre los ojos.
Cine negro apolíneo dionisíaco excelso complejo exacto niño. Ella es fascinante y fabulosa, niña santa, muñeca diabólica, satanasa, caído ángel, la hija y el exorcista, y él es un cachondo, el extranjero eterno, aquí estoy porque he venido, qué se me ofrece, verle en bata es un placer insoslayable, vestido de enfermero es un pecado nefando, corrupción de menores, nunca la medicina o lo que fuera estuvo peor mejor representada, la noche del cazado.
Es carretera perdida, indudablemente, cine en estado impuro, destilado, al grano.
Lo elige como posible matarife, juguete, monigote, Mickey Rourke en aquella que tal bailaba y no hablo de las nueve jornadas de sodoma y gomorrra, el indio de Fargo, o para colgarle el mochuelo, tonto, de cañón carne, armario ropero empotrador empotrado, William Hurt, fuego helado en el cuerpo y en lo otro, a dedo, puesto por el ayuntamiento, enchufado, paniaguado, a vivir del cuento, entretenido, gigoló, chulo, también le gusta, claro, oscuro. Y ella es malísima, la peor de todas (terrible hasta, está el listón por las nubes, para ser mujer, indecible competencia, por goleada gana), e igual una niña que no se entera de la misa la media, perdida, pérfida, inocente, santa, de arco juana la loca, sin cocer, la carnaza, sin comer, sin sostén, sin saber, a muerte.
Fatalismo. Camino de perdición.
Y toda ella es un diálogo increíblemente bien escrito, una charla infinita riquísima y sabrosísima.
El eterno retorno (al pasado). En ese (el) río sí te bañarás varias veces.
Retrocede para avanzar hacia el futuro que es la aceptación de lo mismo o único, de un presente chicle, estirado, derretido, una y otra vez hasta el fin de los tiempos por igual surco.
Es poesía negra satánica con línea clara angélica.
Es un prodigio de sencillez, de ligereza cínica, de amable horror, es la negación del artificio y la impostura, cine adulto de veras, la máxima hondura inadvertida, la que se oculta por demasiado obvia, críptica de tan evidente o sinsorga.
Es surrealista, en el fondo, todo es malo y por ello bello, contranatura, hermosamente siniestro, dulcemente trágico o imposible, lo contrario es mediocre o aburrido, sin interés ninguno.
Ya decíamos que es demasiado buena y perfecta para poder hablar de ella, se resiste, no lo permite, a riesgo de cuadricularla, estabularla, matarla, a duras penas, de hormigón piedra tan curva, inefable balbuceo, ese no sé qué que en la garganta se te queda, se hace lo que se puede, nada, por todas partes te supera y devora, un cuento de Poe contado por Descartes. Atroz luz.
Qué locura tan precisa y qué belleza tan desmadrada.
Tremenda. Perfecta. Asombra.
Mecanismo de relojería. Es difícil hablar de ella porque en sus términos es absoluta, es imposible hincarle el diente o el colmillo retorcido tampoco, ni el más sibarita siquiera porque aúna suma los dos extremos, una simpleza completa en lo que plantea y en lo que logra, en los personajes, sus motivaciones y resultados, y, a la vez, está llena de ambigüedad, turbiedad y exacerbada indeterminación de todo tipo, moral, psicológica, poética o brutal sutil delicada salvaje en cualquier caso siempre.
Es sencilla simpática casi y muy bestia gore, más de lo mismo, suave y bárbara. Arte y fanatismo. Golpe a golpe, verso a verso.
Todos tienen sus razones y están muy bien explicadas y no hay salida ninguna, moscas y mierda, abejas y panal. Arañas y mantis religiosas. Gusanos, larvas. En fin, humanos. Malditos.
Casa encantada. Los otros sí que son estos. Los muertos. Cementerio indio debajo seguro. Ve hacia la luz. Despierta. Abre los ojos.
Cine negro apolíneo dionisíaco excelso complejo exacto niño. Ella es fascinante y fabulosa, niña santa, muñeca diabólica, satanasa, caído ángel, la hija y el exorcista, y él es un cachondo, el extranjero eterno, aquí estoy porque he venido, qué se me ofrece, verle en bata es un placer insoslayable, vestido de enfermero es un pecado nefando, corrupción de menores, nunca la medicina o lo que fuera estuvo peor mejor representada, la noche del cazado.
Es carretera perdida, indudablemente, cine en estado impuro, destilado, al grano.
Lo elige como posible matarife, juguete, monigote, Mickey Rourke en aquella que tal bailaba y no hablo de las nueve jornadas de sodoma y gomorrra, el indio de Fargo, o para colgarle el mochuelo, tonto, de cañón carne, armario ropero empotrador empotrado, William Hurt, fuego helado en el cuerpo y en lo otro, a dedo, puesto por el ayuntamiento, enchufado, paniaguado, a vivir del cuento, entretenido, gigoló, chulo, también le gusta, claro, oscuro. Y ella es malísima, la peor de todas (terrible hasta, está el listón por las nubes, para ser mujer, indecible competencia, por goleada gana), e igual una niña que no se entera de la misa la media, perdida, pérfida, inocente, santa, de arco juana la loca, sin cocer, la carnaza, sin comer, sin sostén, sin saber, a muerte.
Fatalismo. Camino de perdición.
Y toda ella es un diálogo increíblemente bien escrito, una charla infinita riquísima y sabrosísima.
El eterno retorno (al pasado). En ese (el) río sí te bañarás varias veces.
Retrocede para avanzar hacia el futuro que es la aceptación de lo mismo o único, de un presente chicle, estirado, derretido, una y otra vez hasta el fin de los tiempos por igual surco.
Es poesía negra satánica con línea clara angélica.
Es un prodigio de sencillez, de ligereza cínica, de amable horror, es la negación del artificio y la impostura, cine adulto de veras, la máxima hondura inadvertida, la que se oculta por demasiado obvia, críptica de tan evidente o sinsorga.
Es surrealista, en el fondo, todo es malo y por ello bello, contranatura, hermosamente siniestro, dulcemente trágico o imposible, lo contrario es mediocre o aburrido, sin interés ninguno.
Ya decíamos que es demasiado buena y perfecta para poder hablar de ella, se resiste, no lo permite, a riesgo de cuadricularla, estabularla, matarla, a duras penas, de hormigón piedra tan curva, inefable balbuceo, ese no sé qué que en la garganta se te queda, se hace lo que se puede, nada, por todas partes te supera y devora, un cuento de Poe contado por Descartes. Atroz luz.
Qué locura tan precisa y qué belleza tan desmadrada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Seguirán cayendo, como el torete, una y otra vez todo el infinito, de hecho, ahora mismo lo están haciendo los pobres, no se cansan, cierto, verídico como que hay crema de fresas, sísifo, lo estoy viendo, sintiendo, vértigo, maleficio, cuesta abajo y sin frenos.
Esta película es puro vicio, inhumana, inabarcable, inigualable, ignífuga, insuperable, un mito, Dios sueña todas las noches con ella y cuando despierta lo intenta a ver si cuela.
Canto de sirena y no se tapa los oídos, pena.
Al faro cuando se queda sola y repasa pasea la casa.
Plácido en la boda, y las horas del día, maravillosa.
Daisy Buchanan.
La charla que tienen las dos.
Lo que le dice Mitchum cuando ella le intenta vender la moto madrastra.
Todos los personajes son sinceros todo el rato y ella la que más, lo que más ocultan es lo que más está a la luz.
Liz Taylor y Janet Leigh.
Que tire algo por el barranco previamente al real accidente es el único fallo, que lo veamos es innecesario y hasta ridículo por malo, lo cual prueba o confirma la perfección absoluta de esta obra magma, la gracia y el chiste.
Taxi Driver.
Esta película es puro vicio, inhumana, inabarcable, inigualable, ignífuga, insuperable, un mito, Dios sueña todas las noches con ella y cuando despierta lo intenta a ver si cuela.
Canto de sirena y no se tapa los oídos, pena.
Al faro cuando se queda sola y repasa pasea la casa.
Plácido en la boda, y las horas del día, maravillosa.
Daisy Buchanan.
La charla que tienen las dos.
Lo que le dice Mitchum cuando ella le intenta vender la moto madrastra.
Todos los personajes son sinceros todo el rato y ella la que más, lo que más ocultan es lo que más está a la luz.
Liz Taylor y Janet Leigh.
Que tire algo por el barranco previamente al real accidente es el único fallo, que lo veamos es innecesario y hasta ridículo por malo, lo cual prueba o confirma la perfección absoluta de esta obra magma, la gracia y el chiste.
Taxi Driver.