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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
3
Ciencia ficción En 1984, Londres está gobernada por el partido totalitario del Gran Hermano. La intimidad y la libertad de pensamiento no existen. Las relaciones sexuales constituyen un delito. Winston Smith trabaja en los archivos del Ministerio de la Verdad reescribiendo y modificando la Historia. Su vida se verá seriamente amenazada cuando empiece a darse cuenta de que sus pensamientos no son tan ortodoxos como el Partido exige; además, tiene una ... [+]
31 de agosto de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tiene grandes intuiciones y conoce el mecanismo del mundo, el pensamiento del poder, se mete en la cabeza de los que mandan, pero el modo es muy esquemático, tremendista, tremebundista, no tan peripatético, rígido y simplón, se fijan demasiado en las aventurillas y el amor y poco en las que parten la pana ideas, en fin, que la realidad nuestra está basada (además de en hechos reales, como todas las grandes obras) en un película floja, para más señas esta, que a su vez está basada en un libro viejo tan interesante y perspicaz y lúcido como poca cosa como novela, gris y aburrida, sin vértigo verdadero, con personajes prototípicos genéricos, sin alma ni peso, y acciones de pega, utilitarias, puestas al servicio de la tesis, por el ayuntamiento, es decir, los creadores de la ficción (ya dijimos, de la realidad, la emanan o producen en serie) que nos asola con fruición son o toman el impulso necesario (escriben/redactan) a partir de la parodia de la copia de una literatura de brocha gorda, prosa gruesa, ese es el caso, así nos luce el pelo, por eso tenemos la continua y abrumadora sensación de que nuestros papeles (todos los papeles) están horriblemente (mal) escritos y que el contexto es grotesco, te pasa como en el show de truman, que miras por las esquinas para ver si pillas el invento, el truco, el timo, la tramoya, las bambalinas, los operarios, el soplete, hasta que un día te cansas y te das cuenta de que no hay que buscar nada, salta a la vista, no hay esquina, es todo, cada centímetro es burdo, decorado, espanto, cartón, yeso, trampantojo.
Sí, claro, todos los días lo vemos, dos más dos (ya, nunca) son cinco y, mejor todavía, dos más dos son (ya, habitualmente, siempre) dos millones y medio (la inflación y eso), o cuando más se cree algo, cuando hay mayor unanimidad al respecto de un determinado concepto o la versión oficial es el consenso, a lo búlgaro y no es stoichkov, es directamente proporcional al grado de inexactitud o mentira (la verdad alterada, hinchada, desviada, disfrazada, pervertida, traicionada, distorsionada, violada, ya que así, cuanto mayor es la distancia entre la anécdota o suceso tal cual y su traducción a la neoeternalengua de los que -nos- pisan fuerte, más libertad tienen para jugar, moldear o deformar la situación original, mayor capacidad o libertad, manga ancha, para introducir melodrama, puerilidad, sensacionalismo, reduccionismo, sensiblería, maniqueísmo, sectarismo, estupidez, oportunismo, manipulación, escándalo, moralismo, censura, puritanismo, un vulgar entretenimiento, un infinito etcétera que es la salsa necesaria para que la gente coma cualquier repugnante aberrante asquerosa mierda y a la vez como foca aplauda, además de que para el poder es beneficioso crear un grado de irrealidad tan alto, agujero negro, estercolero, por el que se pueda meter/caber cualquier cosa en el coleto/zulo/culo de nuestro amado pueblo por absurda, ridícula o increíble que parezca, todo vale y entra, se aceptará cualquier monstruosidad con normalidad -la nueva/vieja normalidad- y hasta alegría, de tal modo que una vez conseguido esto, este hito, todo va seguido, se desliza solo, sin miedo, sin vaselina siquiera, da tanto placer al espatarrado receptor este jolgorio que gime al sentir dentro tanta calumnia, él hace todo el esfuerzo, majadería e infundio, quiero más de eso, no pares, métemelo todo, me voy, estoy en el cielo, hermano, gran, stan, loco) que acarrea, supone u oculta (y no es de locos saber/asumir eso, sino justo lo contrario, creer lo establecido previamente por otros o lo que se da por supuesto por descontado, lo que repiten todos los santos y expertos, estudiosos y leguleyos, eso sí que es conspiranoico, supersticioso, chungo, no el método de cuestionarlo a modo -casi- todo) este (nefando) hecho.
Sí, claro, la guerra es la paz y al revés también dicen, la vuelta a la tortilla, lo blanco es negro, como negaciones radicales que (no) se contraponen/rechazan, pura (anti) lógica (a la mierda el principio de no contradicción del tito aristóteles sobre todo), cuando en verdad podrían ser ambas afirmaciones formas, desde otro punto de vista, (más) de lo mismo, pasos en el camino, sanguijuelas de su propia esencia sustancia, se retroalimentan devoran (devórame otra vez) ambos ámbitos opuestos (en eso consiste pensar, en primero separar/ordenar conceptos para a continuación mezclarlos revolverlos y vuelta al comienzo, esa tensión es el pensamiento, ese bamboleo entre el uno y el otro proceso, de hecho, el mundo se compone, también, a través de la conciliación de opuestos, contrapunto o contrapeso, no de su exclusión absoluta solo ni mucho menos, no somos las mónadas de Godofredo aunque lo parezcamos o nos esforzemos en ello, otra cosa es que te digan, que te lo dicen cada segundo del día, que el rey va vestido cuando está en porretas o pelota picada literal, no metafóricamente, que ya decimos que es el pan nuestro de cada día, nuestra cruz a cuestas, nos toman por el pito del sereno, se ríen sin miramientos en nuestro jepeto, hacemos méritos, también es cierto), esos momentos sucesos.
Una sociedad es más feliz y plena, está más satisfecha, al sol que más calienta, cuando los ciudadanos aceptan asimilan el umbral más alto de inverosimilitud posible, cuando dan por bueno cualquier bulo zurullo excremento por zafio y disparatado y grosero obsceno que sea, cuanto más crédulos son, de lo contrario todo se viene abajo, mejor no meneallo, razón por la cual ahora mismo vivimos, como dijo el otro, en el mejor de los mundos posibles, caño libre, puro chorro, sin parar ni descanso tragando, tragaldabas, glotones, con gula, y bula (papal), hambre atrasada, rebañando el plato, las migas, vicio, gordos, obesos, mórbidos, más madera, echa más leña al fuego, abre los ojos pero mejor todavía bien la boca que ahí va la comida, venga, repleta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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