Español tenía que ser. Cómo nos conocen los yanquis que son los que más saben de esto. Un ancestro de los nuestros, la semilla del diablo, el signo de Caín, ese es el gran problemo, que llevaba el mal arracimado en la sangre, de tal palo tal astilla, de aquellos polvos estos lodos, desde la conquista hasta nuestros días, haciendo daño. De hecho, el vil terrible Teo que te veo es en verdad tan o muy Torrente todo queda en casa, la entraña que lo suyo tira, el monte y la (puta de la) cabra.
Sabía que la preciosa trágica Jean Seberg salía, pero me pasé toda la película pensando que era Tippi Hedren y no, aunque tal vez...
Tiene sus cosas, sus entretenimientos, la vieja..., lo mismo que un aire inevitable de acartonamiento, de falsedad, de poco creíble, muy de pega, el encaje de las situaciones y las psicologías y los personajes está manga por hombro en el sentido de que es todo muy obvio, tan sutil como un accidente aéreo, muy burdo, gracioso, por simple y estrepitoso.
Está claro que esto ya no eran los cuarenta del cine clásico, la familia caía en picado, ahora se llevaban otro modos y maneras más modernos abiertos, dónde va a parar, inventar la rueda, por supuesto, pero siempre con amor, no nos confundamos, nada de echar al aire una cana por puro divertimento, por ejercicio o juego, vade retro.