(Todo spoiler)
Es increíble ver las inmundas perrerías que le hace la vida a sus indefensas criaturas, con cuanta crueldad y fealdad, por pura maldad, sin motivo ni por qué, solo porque puede, las destruye, las extermina.
Este documental cuenta malamente el pavoroso espectáculo de vivir, ese horror coreografiado por todos, ese machacón son, ese horroroso socavón.
Nos habla de fealdad, de toda la fealdad del mundo, sin parangón, aquí todo es espantoso, nadie se salva de la quema, todos son horrorosos, el padre, la madre, los hermanos, el marido, los amigos, la amante, los tíos, las tías, los curas, casados, solteros, los sobrinos, las discográficas, los ejecutivos, las periodistas, los baloncestistas, los productores, hasta los de sonido son ominosos, seguro, los acomodadores, las coristas, toda entera y completa la industria del entretenimiento y sus gigantescos alrededores, todos infames, rufianes, peligrosos, despiadados, avariciosos, lujuriosos, abominables, apoteósicos y muy lamentables.
Y Whitney la peor de todos, como ella misma reconoce, el mismo demonio.
El documental es muy flojo, irregular, equívoco, morboso, caótico, no sabe qué contar ni cómo, tira contra todo y contra todos, quiere dar morbo, quererla y salvarla, acusarla y condenarla, expiarla y sacrificarla. Tratan de buscar excusas, culpables, sonrojantes.
Sí, lo de siempre, entre todos la mataron y ella solo se remató.
Máxima libertad para hacer lo que te dé la gana, es decir, nada, el puro placer de matar el tiempo y con ello a ti misma, y máxima exigencia para seguir produciendo dinero, que la máquina expendedora no pare, que el ritmo no pare, no pare, que el ejército de gorrones, familiares, inútiles y malandrines, parásitos de toda índole, que toda la industria del espectáculo se siga alimentando.
Otra víctima más sacrificada en el altar de la nada, del consumo autista y carnicero, del vacío envasado al ruido.
Tiran contra todo, suma gruesa y grosera de trozos banales, morbosos y superficiales, que si la arpía de la madre fue infiel y egoísta, que si el padre era un corrupto estafador, funcionario del miedo, politicastro aterrador y padre saqueador, que si los hermanos la drogaban y se aprovechaban, el marido la pegaba y abusaba y envidiaba, la amante/amiga la manipulaba y expoliaba, todos la explotaban y a su manera cada uno la maltrataba y al final, lo de siempre, los inevitables y temidos y consabidos y tan queridos por todos, también por el sueño americano, los abusos sexuales, para que no falte de nada, la deleznable tía, famosa cantante, a ella y a su hermano de niños, ahora eso dicen los malditos rumores, que me han dicho que he oído que, se los follaba.
Pero aquí no se explica nada, todo es superficial, banal, arbitrario, absurdo. A lo sumo, que creció entre pícaros, sinvergüenzas y mala gente, su familia y alrededores, que no construyeron un ser humano cabal, como dios manda, sino más bien un pelele, un muñeco, un caballo de carreras del que abusaron y que a las primeras de cambio ya no tenía fuerzas. Una persona, Whitney, sin sustancia, sin criterio, sin voluntad, sin cerebro, solo gracia, voz, belleza, encanto, pero no vale con eso, te despedazarán todas las hienas, tú misma te canibalizarás, la primera, incapaz de soportar un segundo más la abominable comedia.
Y Janet Jackson es una perra y Paula Abdul una mierda.
Este documental también trata de hacer negocio con la muerta, ni con su cadáver descansan, al dinero todo le vale. Todos siempre chupando del bote, hasta este prestigioso crítico que ahora les saluda humildemente aprovecha para aumentar su leyenda con este inmortal escrito basado en rebañar las últimas migas del plato de este necrófilo banquete.