Es de suponer que el escritor británico Roald Dahl (1916-1990) con 250 millones de copias de sus obras vendidas en el mundo, se habría visto resarcido en parte con esta nueva versión de su libro homónimo publicado en 1983, después del rebote mayúsculo que se cogió con la adaptación de Jim Henson firmada por Nicolas Roeg en el 90 en la que básicamente le cambiaban el final. Dahl falleció de leucemia tres meses después del estreno de la cinta no sin antes dejar claro que mientras que él viviera ni una versión más de sus obras para la pantalla.

Y no es que esta nueva propuesta de Zemeckis producida por Guillermo del Toro (que quería que fuera en stop motion) no modifique cosas del original, trasladando por ejemplo la historia del Reino Unido a Alabama en los USA y aportando un reparto multi étnico, por ejemplo. Zemeckis apunto de entrar en la setentena tiene una filmografía con altibajos como todo hijo de vecino pero el denominador común al menos en mi caso es que siempre o casi siempre he pasado un rato entretenido y agradable con sus films, algunos ya clásicos como "Forrest Gump" o "Regreso al futuro". Y aquí lo sigue haciendo con esta historia para niños menos oscura que el original literario con aroma Disney pero que se mantiene a flote sin renunciar al humor negro con pilares como Tucci, Spencer o una desaforada Hathaway, creo que injustamente nominada a los Razzie.

Alegan los especialistas en buscarle tres pies al ratón (en este caso) que el original de Dahl, declarado anti israelita contiene elementos antisemitas. No es el caso. Disfrútenla sin prejuicios en compañía de los peques.

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