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España España · Madrid
Voto de Damarela:
8
Romance. Drama. Aventuras Tailandia, finales del siglo XIX. La vida de la institutriz británica Anna Leonowens, contratada por el Rey de Siam para que educara a sus cincuenta y ocho vástagos. Nada más llegar a estas desconocidas y exóticas tierras, Anna se ve inmersa en una lucha de ingenio con el obstinado soberano. Basada en hechos reales. (FILMAFFINITY)
24 de febrero de 2015
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No hace falta complicados argumentos para hacer una gran película. A estas alturas ya lo sabemos todos. No obstante, “Ana y el Rey” está considerada una gran superproducción, por la fastuosidad de la puesta en escena, la magnífica fotografía y los intimistas decorados que realmente nos transportan a Siam.

Y aún así, el argumento cuenta una sencilla historia de amor y amistad (sí, se llama “Ana y el Rey“, no creo que sea un spoiler decir que es una historia de amor) entre Anna Leonowens, profesora inglesa, y el Rey Mongkut. Cuando la maestra, viuda y con un hijo, llega a Siam para educar a los hijos del Rey en las normas civilizadas inglesas propias del s.XIX, dos mundos chocan.

Esta es la tercera versión que se hace de las memorias de Anna Leonowens, aparte de otras películas de temática similar. Una visión más política que la de sus predecesoras. Sin embargo, no voy a entrar a comparar las anteriores versiones con ésta, y menos aún con la que casi todos consideran la mejor, la deliciosa película musical “El Rey y yo”. Yull Brynner y Deborah Kerr bailando “Shall we dance” jamás podrá ser superado, pero cada película tiene su encanto y ciertamente que “Ana y el Rey” derrocha dulzura y encanto por todos lados, sin por ello ser sensiblera ni excesivamente romántica.

Dicho esto, me gustaría centrar vuestra atención en la gran pareja que hacen Jodie Foster (“El silencio de los corderos“) y Chow Yun-Fat (“Tigre y Dragón“) y lo realista de sus caracterizaciones. Ambos se encuentran en su salsa. La intimidad y el detallismo que se palpa cada vez que ambos están en escena corta la respiración. Todo el decorado, la fotografía, el vestuario…todo son añadidos para acompañar mejor la gran historia que es juntar a dos grandes caracteres como son los de la maestra inglesa Anna y el rey siamés Mongkut.

Y es que es realmente complicado mostrar dos culturas tan diferentes y que el resultado sea tan equilibrado. Ninguna es mejor que la otra, ambas pueden convivir en armonía, y ambas merecen respeto. Puede ser que sea por eso que los dos se atraigan. Son diferentes a lo que han conocido, y ambos se admiran. Una combinación, no sólo extraña, sino casi imposible.

[...]

Fragmento extraído de www.generacionfriki.es
Damarela
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