Serie perfecta —bueno no tanto— en la que se representan todos los involucrados en el proceso que lleva desde el descubrimiento de un crimen hasta que la persona es juzgada.

Por una parte tenemos la parte detectivesca de la acción donde los policías o detectives investigan los hechos para poder desentrañar quién ha sido el causante del crimen. Poco a poco, mientras la serie avanza se descubren nuevos hechos.

Por otra parte, de una manera excepcional, nos muestran mediante escenas de «enlace» el intercambio de información que se produce entre los detectives y los fiscales del Estado.

Finalmente, la serie nos narra las «aventuras y desventuras» de los fiscales del Estado durante el proceso de juicio.

Creo que la serie gusta porque enseña los entresijos de cada uno de los sistemas, el policial —Ley «Law»— y el judicial —Orden «Order»— justificando o cuestionando las distintas decisiones que se realizan durante los mismos.

También gusta, y creo que sobre todo, por McCoy, un fiscal con una personalidad muy marcada que hará temblar a más de uno. Aunque a veces se obceca demasiado llevándole a cometer errores —vamos, lo que es un ser humano—.

Mi parte favorita es la de Ley en la que se oyen frases como la del título de la crítica.

La descubrí hace poco y ha pasado a ser una de mis favoritas.