Sábado 14 de abril 7:00 pm. Cinemex Tenayuca. Se vuelve a escuchar por tercera ocasión la frase “La gente tiene derecho a saber lo que está pasando” mencionado por uno de los personajes con la ya característica cámara en mano… y yo lo traería pero al hecho real; muchas risas y forcejeo entre un género ajeno a la saga, ladrón de toda la credibilidad ganada por sus antecesoras y concluirla sin haberla tomado en serio bajo ninguna circunstancia.

A mitad del metraje se concluye la estafa de la que estamos siendo sujetos, porque si se paga por ver una película de terror ¿qué carajos pasó? Simplemente que la han errado por completo. Yo no concibo esa integración del humor con el horror, es una mezcla que desvirtúa el objetivo del género, es como si pagáramos un boleto a la montaña rusa (sin pendientes, ni velocidad) y nos limitaramos al trayecto del trenecito infantil. Yo formulo: ¿Cómo podríamos tomarnos el cuento de que se trata de una precuela?

Técnicamente es notable la inversión, reflejado a través de actores con mayor incursión y experiencia (aunque por acá son totalmente desconocidos), efectos especiales, fotografía, caracterización, locación, etcétera, que se ufana del éxito. El cine hispano en general no goza de reconocimiento y menos aun el de horror, siempre por debajo del estadounidense y hoy se pone al nivel de ellos, no solo por el poder de convocatoria, sino por reunir los tópicos recurrentes de cientos de películas producidas en Hollywood.

La crítica de cine en diversos programas radiofónicos no pudo recomendarla, ni yo, incluso me avergüenza al grado de clasificarla no como una mala película más del montón, voy más allá, es una auténtica mierda, con poca originalidad (que referencia a Peter Jackson, sin más deslinde), que acaba con la franquicia española de horror más impactante del quinquenio.

Ignominiosa.