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Voto de Juan Marey:
9
Terror. Thriller Böhm interpreta a psicópata que fotografía a sus víctimas mientras mueren; es un hombre profundamente perturbado, cuyo desequilibrio hunde sus raíces en la infancia. Su padre, un científico obsesionado por estudiar las reacciones infantiles ante el miedo, destrozó su psique y lo convirtió en un adulto acomplejado y afectado por una demencia demoníaca. El personaje necesita registrar en imágenes el terror que sienten sus víctimas antes ... [+]
2 de marzo de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Obra maestra del género de suspense y horror en el cine británico, “El fotógrafo del pánico” es una película precursora que creó escuela con su original tratamiento del voyerismo, una película con la que llegó el escándalo en 1960, pues la crítica más conservadora inglesa la calificó con gran agresividad de morbosa y mal sana, adjetivos que reflejan la atmósfera creada por Michael Powell y que son sin duda una de sus muchas cualidades. Una de las primeras críticas favorables apareció en la revista francesa “Positif”, pero con el tiempo “El fotógrafo del pánico ha sido rehabilitada también en su país y es hoy reconocida como una genial metáfora sobre el voyerismo y el cine.

Su protagonista es un cineasta asesino, un fotógrafo y cameraman que filma a sus víctimas en el momento en el que las asesina con un cuchillo instalado en el pie de su cámara, la imagen filmada recoge así el horror del que observa su propia muerte, pues el morboso y enajenado cinéfilo coloca un espejo cóncavo encima del objetivo para que la víctima pueda ver su rostro mientras es filmado. El actor Karl Böhm, de expresión algo infantil, interpreta con brío el papel de ese joven traumatizado en su infancia por un padre biólogo que lo sometía a extraños y perversos experimentos para estudiar las reacciones del ser humano ante el miedo y el horror, su personaje es una mezcla entre el célebre asesino de prostitutas “Jack el destripador” y el perverso “M el vampiro de Düsseldorf”.

En su tratamiento del voyerismo Michael Powell es aquí mucho más radical y violento que Hitchcock con su célebre “Ventana indiscreta”. La metáfora sobre el cine y el voyerismo tiene momentos brillantes y originales soluciones de puesta en escena como cuando compara el trabajo del psiquiatra con el del cameraman, encargados ambos, dice él, de obtener con el enfoque la imagen más nítida, o cuando alude al director de la película que martiriza a sus actores mientras el perverso fotógrafo filma a escondidas la reacción de horror de la actriz que descubre a su doble asesinada en un baúl. Powell utiliza el suspense y mezcla en la misma trama, la fotografía, el formato profesional de los 35 mm y los formatos amateurs de 16 y 8 mm para reflejar la obsesión de ese asesino loco que vive pegado a su cámara y sólo existe a través de la mirada de su objetivo, destruyendo, como dice él mismo, todo lo que filma.
Juan Marey
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