Una ligera intriga sirve para que dos grandes actores nos obsequien con un auténtico tira y afloja, un combate de boxeo - al más alto nivel interpretativo- entre el veterano Laurence Olivier y el joven Michael Caine. El autor de novelas de intriga (Olivier) quiere tenderle una trampa diabólica al amante de su mujer (Caine). ¿Pero quién se lleva finalmente la mejor parte?

La huella (Sleuth) es una de las grandes películas de todos los tiempos, nos presenta con una narración sencilla y clara, una sugestiva caza del gato al ratón, una historia con giros inesperados, con pocos personajes y con un tratamiento próximo al cine de Hitchcock (sorpresas, situaciones ambiguas, engaños). Deliciosa de principio a fin, con unos decorados inusualmente buenos de Ken Adam.