A pesar de que Russell hace las habituales filigranas con la cámara que nos tiene acostumbrados y cuente con uno de los repartos más potentes que he visto en una gran pantalla, lamentablemente si la historia no acompaña (y no lo hace desde el minuto cinco aproximadamente), uno entiende entonces el leñazo en taquilla y crítica que se ha pegado su última película, ‘Ámsterdam’.

Porque la verdad, Russell quiere contar muchas cosas. Ha entrado en una madurez creativa tras sus dos últimas películas y se ha envalentonado. Ha creído que era su gran momento y, con toda la carne en el asador, se ha olvidado por completo de pulir el guión. Tiene ideas, hay detallitos interesantes pero son sumamente superficiales.

Menos mal que ahí están los actores para, al menos, cubrir el expediente. Son todos clase «A» y se nota que, aunque la historia no acompañe ellos hacen su trabajo. Así, Christian Bale está a un nivel excelente y si he terminado de verla es por ver qué le sucedía a su personaje.

Así pues, podemos considerar ‘Ámsterdam’ como una de las grandes decepciones de la temporada.

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