Si en su día visteis anunciar en el cine el tráiler de ‘Las Leyes de la termodinámica’, estaréis conmigo en que es un claro ejemplo de cómo no se debe vender una película. Me pareció que estábamos ante la típica película de amor y humor tonto. En cambio, si la recuperáis para verla en casa y os fiáis de mi opinión, encontraréis una película simpática y entretenida.

Se agradece mucho encontrar, por primera vez en mucho tiempo, una película que, contándote la repetida historia de chico conoce a chica y se enamora de ella, sea capaz de introducir un elemento completamente distinto, en este caso la termodinámica. Es curioso como su responsable principal (Mateo Gil, que dirige y escribe) se ha esforzado tanto y de una forma tan original en encontrar similitudes (explicando todo con ejemplos claros) entre los principios que fundamentan el universo y el amor centrando la acción en dos historias de amor, una más convencional (y que protagoniza el film) y otra un poco más alternativa (y que envuelve al personaje de Chino Darín). A todo esto hay que sumar que el film es español, lo cual la hace ganar puntos por momentos.

Además, los actores principales están francamente bien, en especial la preciosa Berta Vázquez, que derrocha simpatía y, lo que es más importante, espontaneidad en un personaje que tiene que ser caótico y que contrarreste el orden que predomina en la excéntrica interpretación de Vito Sanz.

‘Las Leyes de la termodinámica’ es una película que me sorprende tanto como me agrada. Sencilla, eficaz, buena factura y muy entretenida.

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