Da gusto comprobar como Paul Greengrass sigue manteniendo su vigoroso y ducho sello narrativo tan en buena forma como siempre.

El director siempre ha sabido dotar a sus films de una energía y un dinamismo tan especial como personal, y aquí vuelve a demostrarlo en cada secuencia. En "Capitán Phillips" no faltan las características y los recursos del director (él y muy pocos saben utilizarlos con tanta habilidad y competencia): los planos cerrados intimistas e inmersivos, la cámara agitada e impaciente, y el montaje trepidante e inquieto mientras se desarrollan todas las acciones transmitiendo intriga y suspense dentro por su trepidancia.

Pero "Capitán Phillips" no tiene el guión de las complejas, maquiavélicas, amplias y hetereogéneas tramas de Bourne. "Capitan Phillips" se acerca más a "Green Zone", otro delicioso y vibrante pasatiempo de Greengrass pero que narrado en una novela daría pie a varios bostezos.

Basado en hechos reales, este ahogante drama sobre un barco norteamericano que es asaltado por unos violentos piratas somalíes comienza con genialidad. El pulso de Greengrass siempre es de una gran ayuda en la narrativa, a esto se le suma una ambientación tan realista como sobrecogedora por su despliegue (desde ese laberíntico barco y sus infinitos departamentos y pasillos... hasta ese océano enrabietado... o esas peligrosas y mugrientas lanchas. Toda la puesta en escena es de aplauso), la banda sonora sin ser memorable resulta de lo más emocionante y envuelve de maravilla al relato.

Pero lo mejor de la película son las interpretaciones. Los actores que se ponen en la piel de los piratas del cuerno de África simplemente están de sobresaliente. Entre ellos destaca el atormentado y turbado líder de la banda que llega a eclipsar en muchísimos momentos a un Tom Hanks tan cercano, imponente y natural como acostumbra. Desde luego no es de extrañar que Barkhad Abdi ya suene fuerte para los Oscar por su interpretación.

Por desgracia "Capitan Phillips" también tiene puntos flojos. Su libreto no se desarrolla con la multiformidad y amplitud que pudiera esperarse. Se trata de un relato limitado, acotado, básico, de pocas facetas o dimensiones y (porque no decirlo) demasiado redundante. Es un atraco de más de 2 horas entre un barco y una barcaza, poco más. No veremos que sucede con las reacciones de los familiares (y el plan de rescate queda limitado a una ostentosa "americanada" llena de clichés yanquis de lo más ególatras y narcistas que llega a resultar un tanto exagerada y ridícula), nos quedaremos en el barco y veremos una y otra vez los repetitivos enfrentamientos entre capitán y pirata. Por eso, hacia su tercer tercio el metraje ya empieza a cansar y a perder interés (da la sensación de que al conjunto le sobra por lo menos media hora).

Una pena, pues esta historia que tanto nos conocemos por España podría haberse llevado con algo más de concisión y amplitud e miras. Aun así, "Capitan Phillips" bebe del talento de director y actores tanto que al menos resulta un digno pasatiempo de un visionado (al que no hay que buscarle demasiada punta).

Lo mejor: En mi opinión la interpretación de Barkhad Abdi. La puesta en escena.
Lo peor: La redundancia de su tercer tercio.