La actitud gregaria de los grupos de amigos adolescentes no ayuda precisamente a tomar decisiones sensatas, la fuerza del colectivo siempre acaba imponiéndose a cualquier decisión personal por razonada que sea.

Scott Kalvert intenta poner luz en su película a este tipo de comportamientos grupales en los que la testosterona siempre acaba pesando mas que la meditación y el raciocinio.

Lo mejor la fantástica interpretación de un joven Di Caprio que iba tomando el impulso de la estrella que es en los primeros pasos de su carrera cinematográfica, lo peor un tempo demasiado pausado que junto a la sordidez del argumento conforman una obra un tanto oscura.