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España España · madrid
Voto de tiznao:
7
Cine negro. Thriller. Intriga El Ministerio de Hacienda detecta una serie de billetes falsos de veinte dólares y reconoce en ellos el estilo de Tris Stewart (Lloyd Bridges), un individuo que ya está en la cárcel. Le ofrecen una reducción de la condena a cambio de que les ayude a encontrar a la persona que está usando su instrumental de trabajo, pero Stewart rechaza la propuesta. Algunas semanas más tarde, durante el traslado a otra prisión, Stewart se escapa. (FILMAFFINITY)  [+]
17 de septiembre de 2009
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Arranca con una hagiográfica descripción de la idiosincrasia de la Agencia del tesoro estadounidense, deteniéndose en el apartado de fabricación de papel moneda en el que vemos unas muy interesantes imágenes del proceso de fabricación del dólar (la que más me ha llamado la atención y me ha hecho casi babear es ver a un grupo de mujeres en batería contando las laminas de billetes sin cortar como si fueran periódicos), para a continuación darnos una charla sobre el tema de la falsificación de billetes y pasar a la película en sí.
Al detectar una serie de billetes falsos de 20 dólares, cuya impresión les hace deducir a los agentes del tesoro que es obra de Tris Stewart (Lloyd Bridges), el cual está en prisión pero que cuando se le detuvo no se le encontraron las planchas, se dirigen a la cárcel y le ofrecen la condicional a cambio de que les ayude a localizar a los actuales poseedores de estas, cosa a la que en principio se muestra reacio pero que al final vemos que acepta cuando le vemos fugarse de un autobús en el que estaba siendo trasladado y que dicha fuga es en connivencia con la policía.
Todo esto a modo de presentación durante los primeros 10 minutos, a partir de aquí, con la entrada en escena de la chica de Stewart, Meg Dixon (Barbara Payton), este escapándose de la policía para ajustar cuentas con los que están utilizando su plancha mientras el se pudría en prisión y la policía siguiéndole los pasos más de cerca de lo que él cree, tenemos un buen ejemplo de cine negro de serie B, narrado de forma trepidante y sin concesiones, donde las traiciones, buenos, tensos y precisos giros de guion y situaciones se amontonan sin respiro, en el que ya se intuye la mano de ese magnífico y muy personal director que sería con el paso de los años Richard Fleischer, con una fotografía oscura que la sienta como un guante, unas actuaciones que aunque un poco lastradas por el tono hagiográfico con los agentes del orden de que está impregnada la historia (ya saben, policías intachables y muy listos y “el crimen siempre paga”) sacan adelante con brío la historia y una duración de poco más de hora y cuarto que se pasan en un suspiro, la hacen una (aunque modesta y sin ningún gran estudio detrás) joyita de serie B negra de obligada visión.
Lloyd Bridges realiza un buen trabajo como ese audaz, impulsivo y duro delincuente (además de pelín obtuso y hasta casi gafe) con ganas de dar el gran golpe y largarse a México, John Hoyt no le va en absoluto a la zaga (casi diría que es el amo de la función) como el policía infiltrado John Downey y Barbara Payton guapísima y toda una femme noir (que no fatale) haciendo lo que haga falta por su hombre.
tiznao
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